Cuando Shantal llega a casa, ya es tarde y Archer no está. Preocupada llama a su móvil, pero él no responde, ni tampoco responde a los mensajes de texto que le envía, preguntándole dónde está y cuándo volverá.
Como a Shantal a veces le gusta torturarse a sí misma, se sienta en la cama, esperando a su esposo y mientras espera, escucha su nuevo álbum. Tal vez le daría una pista sobre adónde querría ir Archer, sobre por qué querría dejarla de lado de repente. Pero lo único que las canciones de Archer le dan, es angustia. Con la voz de su esposo goteando angustia sensual en las pistas, llegando a través de los auriculares directamente a los oídos de Shantal, es lo más íntimo que han estado en días.
Se queda dormida sin querer y no se despierta hasta que su alarma la despierta a una hora escandalosamente temprana.
Archer está durmiendo como un muerto en su lado de la cama, todavía con su ropa puesta, chaqueta y todo. Al parecer regresó a casa hace pocas horas.
Mientras Shantal camina tran