El taxi serpenteaba por las calles de la ciudad mientras mantenía la mirada fija en la ventana sin realmente ver nada. Mi mente continuaba atrapada en ese momento entre las ventanas del salón de eventos, con Christian tan cerca que podía sentir el calor de su cuerpo.
"Porque él merecía una explicación. Porque no quería que enfrentaras esto sola. Porque..."
¿Porque qué? ¿Qué habría dicho Christian si Francesca no hubiera aparecido en ese exacto momento? La pregunta martillaba en mi mente como una melodía incompleta, esperando su resolución.
Después de la llegada de Francesca, todo había cambiado. El brillo en sus ojos cuando miraba a Christian era imposible de ignorar. ¿Y lo peor? Él le sonrió. No la sonrisa educada que ofrecía a los otros invitados, sino algo más genuino, casi íntimo.
El taxi se detuvo frente a mi pequeño edificio. Pagué el viaje y subí los tres pisos lentamente, cada escalón pesando como si cargara concreto en los pies.
Dentro del apartamento, el silencio me reci