Día siete. 7:00 AM. Apartamento de Javier Reyes. Lado este de la ciudad.
Javier se despertó con una sensación visceral de vacío, no era la soledad habitual de su apartamento de lujo, sino un silencio ensordecedor que provenía de la red, abrió su laptop, no para revisar los mercados, sino para comprobar el estado del Protocolo Solitario.
Después de la reunión en su estudio, donde había entregado a Valeria su token de emergencia, un extraño escalofrío se había instalado en su pecho, la frialdad inesperada de Valeria al despedirse, la repentina necesidad de distancia después de tanta intimidad, no encajaba con el código de protección que ella le había prometido.
Su primera alerta fue técnica, el sistema de logs de su token de emergencia, al que había accedido Valeria, mostraba una actividad anómala: un login externo con credenciales de alta seguridad justo después de su encuentro, aunque el sistema de autolimpieza de Valeria había borrado su rastro inmediato, la simple existencia del log