Dos semanas antes de la confrontación, Ginebra, Suiza.El helado aire alpino envolvía el balcón del ático alquilado, pero Valeria apenas lo sentía, estaba parada frente a la ventana, no admirando el lago, sino observando la pantalla de su tablet donde parpadeaban tres ofertas de empleo, Goldman Sachs, Credit Suisse y el Fondo de Inversión Albornoz, cifras con demasiados ceros, bonus de bienvenida que habrían sido un sueño hace cinco años.Hoy, eran irrelevantes, basura corporativa.—Doctora Serrano, el señor Petrov ha solicitado una respuesta formal antes del mediodía —informó Elsa, su asistente, desde la sala contigua, la voz de Elsa era tan fría y precisa como un algoritmo bien escrito.Valeria no se movió, su traje de negocios, esta vez un blazer de seda cruda color crema, era la perfecta imagen de una mujer que podía permitirse el lujo de rechazar millones.—Dile a Petrov que su propuesta es interesante, Elsa, pero carece de desafío, le deseo suerte para encontrar un analista que
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