Capítulo 30.
Capítulo 30.
Gracias al cielo, Jorge no parece sospechar nada de lo que hice anoche. Hoy, nada más desayunar, recibió una llamada y salió disparado de la casa.
Pero no sin antes dejarme las nuevas reglas anotadas. Las he leído por encima y mi primera impresión ha sido reír por no llorar. Al menos puedo salir a la calle e ir a la universidad, pero claro, siempre acompañada de mis nuevos amigos.
También tengo un teléfono, pero el muy gracioso lo ha bloqueado y apenas si puedo llamar a nadie.
Tengo un plan. A María no me ha prohibido verla, por lo que mis dos gorilas me han llevado hasta mi casa y he podido pasar la mañana con ella.
También le he podido entregar una nota para que se la dé a Fernando y este pueda hablar con mis abogados o con la policía. Tiene que haber algún modo de que yo pueda salir de aquí o algún modo de romper ese estúpido contrato.
Narrador omnisciente:
Fernando no tardó ni media hora en leer la nota que Gabriela le había hecho llegar a través de María. Apen