Por otro lado, Michael estaba con Sara planeando el próximo paso que darían antes de irse a la mansión Bridget.
—Estoy lista, no tienes que recordarme —masculló.
—Lo único que debes hacer es amenazarlo, usa tu cara más diabólica y funcionará —susurró.
—¿Te estás burlando de mí, Michael? —Frunció el ceño, ofendida.
Ambos se encontraban en el departamento dónde vivía Samuel. Iban a cobrar venganza, o bueno, Michael necesitaba darle su merecido por lo que le hizo a Victoria.
Tenían trajes negros y guantes que ocultarían sus huellas. Michael se aseguró de que nadie estuviera viendo, y forzó la puerta con una ganzúa.
Entraron sin hacer ruido.
—Te esconderás en el armario y serás la primera en sorprenderlo, ¿de acuerdo? Quisiera saber cómo te manejas en esto… —murmuró Michael, agarrando los hombros de Sara.
—L-literalmente me has enseñado durante estas casi tres semanas… —balbuceó, nerviosa, sabiendo que se iría al día siguiente a su nuevo hogar.
Sara quería demostrar su valor, que