Victoria estaba exhausta, llevaba en brazos a sus dos pequeños y Mónica llegó justo a tiempo para ayudarla con uno.
—Déjame ayudarte, necesitas descansar más, mi amor —le dijo, preocupada.
Su hija tenía unas ojeras notorias, trataba de trabajar y cuidar a sus hijos al mismo tiempo, cosa que la llevó a descuidar su aspecto.
—Mamá, Mateo me ayuda mucho, quiero que no se sienta presionado al cuidar a los niños… —murmuró Victoria, moviendo un poco a Kevin.
Había tenido gemelos, fue un parto bastante complicado ya que nacieron antes de lo previsto, pero gracias a Dios, pudieron recuperarse los tres.
—Y pronto cumplirán sus dos añitos, no te preocupes que aprenderán a caminar sin ayuda —rio Mónica.
—Ah, hoy vendrá mi hermano con su familia —comentó—. Quiero que cenemos todos, hace mucho que no nos reunimos.
Michael y Sara se habían casado poco tiempo después de Victoria y Mateo, aunque su boda fue mucho más pequeña y privada.
—¿Y no piensas arreglarte un poco? —bromeó su madre