Cierro los ojos mientras pruebo el risotto del que tanto hablaba Jordan y estaba delicioso. Definitivamente ese sería el plato de entrada, no hay discusión.
— ¿Es ese?— pregunta la rubia a mi lado.
— ¡Sin dudas! Señora, ¿puede traernos los siguientes platos para elegir el principal?— Digo y la señora de cabello gris bien peinado sonríe y se va hacia la cocina.
Minutos después veo a varios camareros trayendo todo tipo de comida, haciéndome la boca agua.
— Prueba este Sam.— dice Jordan y abro la boca y muerdo un trozo de filete.
La carne estaba jugosa y tierna, en su punto. Dejé escapar un gemido involuntario y mi marido se rió de mí.
— Lo siento señorita Edith, pero está delicioso..— digo y ella sonríe.
— Imagínate querida, puedes sentirte libre. Sé muy bien cómo funciona y sabe nuestro cuerpo durante el embarazo.— Le sonreí agradecido al mismo tiempo.
El siguiente plato fue pechuga de pollo a la plancha, con arroz y puré de patatas, y ahí me quedé enamorando de toda esa comida.
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