Me lo agradecerás

Samantha pov's

Fui a la casa de Becca, ella me necesitaba en ese momento.

Ella siempre estuvo ahí para mí y ahora me toca a mí estar ahí para ella, Sean puede ser un gilipollas cuando quiere serlo. Sé que estaba exaltado cuando se enteró el maldito embarazo, pero no tenia derecho a hacerle eso, A Rebecca le gusta mucho. Solo imaginando que esto paso por mi culpa, si hubiera dado lo escucho y le dije antes, no se hubieran peleado, si tan solo no estuviera tan asustado, imaginando a Sean queriendo matarme, si... ¡maldita sea! Ahora no tiene sentido si, lo hecho, hecho está, pero tengo que encontrar una manera de arreglarlo. No puedo dejar a estos dos separados, se aman y no podría soportar ver a mi hermano para siempre de mal humor y mi amiga con los ojos rojos de tanto llorar.

— ¿Sam? —llama ella.

— Hola.— Miro a la que tiene su cabeza en mi regazo.

— Creo que es mejor que te vayas a casa.— dice Becca.

— ¿De casualidad me estás echando?— Bromeo y ella suelta una risa débil.

— No. Por supuesto que no, solo creo que deberías hablar con tu hermano.— su voz es débil.

— Becca, Sean no…— Me interrumpe.

— Por favor, disculpe, pero quiero estar solo por un tiempo ahora. ¿Entiendes?— dice en voz baja y termino asintiendo.

— Si entiendo. Bueno, cualquier cosa solo llámame.- dije y le di un beso en la frente.

— Gracias.— Dijo, solo le mostré una sonrisa y me fui, yendo directamente a casa, sin parar.

Aún sin querer, las lágrimas insisten en descender, pensé que mi parte de lágrimas ya había estado termine, pero no, me equivoque. Sabiendo que mi vida se verá truncada por algo no planeado y no deseado, sabiendo que mi hermano y seguramente mi padre se quedarán decepcionado de mí, y que mi mejor amigo está sufriendo por mi culpa —literalmente— Me acaba de todos modos, y no sé qué hacer.

Detengo el coche en una calle concurrida cerca de un club nocturno, apoyo la cabeza en el volante y Trato de calmar el llanto antes de continuar el viaje a mi casa. Minutos más tarde alguien golpea el vidrio de la ventana sobresaltándome, Miro al hombre que a su vez me dice que baje la ventanilla.

— ¿Qué fue?— pregunto.

— No puedes estacionar aquí, ¿puedes salir?— dice.

— ¿Y por qué no puedo quedarme aquí?— Pregunto.

— ¿Por qué este lugar está reservado para los clientes del club, así que vete antes de que llame a la policía?.— Habla serio, respiro hondo y asiento.

— Está bien, como quieras.— Dije y se fue.

Arranqué el auto pero antes de salir, lo vi. Iba acompañado, y la mujer era hermosa. Morenaza y un cuerpo precioso. Esperé unos segundos antes de irme y seguí observándolos, hasta que él la toma por la cintura y la besa ardientemente.

M*****a sea.

Está saliendo con alguien y Becca no me ha dicho, ¿qué voy a hacer? No puede ser otra vez la culpa de que otra pareja rompiera.

— Chica, ¿puedes salir?— el mismo tipo volvió y me sobresaltó.

— Lo siento, ya estoy en camino.— Dije y me fui, con esa imagen en mi cabeza.

¿Que haré?

Llegué a casa a eso de las diez y media, dejé el coche en el jardín y entré. Tan pronto como cerré la puerta y me di la vuelta, me sorprendió mi papá paseando de un lado a otro y Sean en el sofá luciendo sombrío.

Estaba jodido

Miraron en mi dirección y sintieron un escalofrío recorrer mi espalda, haciéndome tragar en seco.

— ¿Papá? ¿No se supone que deberías estar de viaje?— pregunté en voz baja.

— Realmente se suponía que debía estar de viaje, pero cuando decido pasar un día contigo, recibo noticias bastante inesperadas —dice en voz alta.

— Sean, ¿por qué le dijiste? Esa era mi m*****a cosa.— digo enfadada.

— ¿Hablas en serio Samantha? Me lo escondiste, y mucho menos a papá.— dijo.

— Por supuesto que iba a decírselo, pero no tuviste tiempo. Pensé en llegar aquí, ¿¡Hablar contigo, pero yo estoy encima de eso!?.— digo mientras les hago un gesto en la habitación.

— No podía quedarme callado, tenía que contarlo.— dijo Sean y me volví hacia nuestro padre.

— Papá, puedo explicarlo. No sabía que esto sucedería yo…— Me interrumpió.

— Te portaste como una perra Samantha! ¿Qué te enseñó tu madre antes de irse? ¿Qué te he dicho siempre?— gritó.

— Lo siento, cometí un error, lo sé pero... Papá, no pensé en las consecuencias que podría pasar.— dije nerviosamente.

— ¿No pensaste? pero cuando llegaba el momento de salir con alguien, pensabas, ¿no?— habló mientras se acercaba.

— Papá quiere saber quién es, y yo también.— dijo Sean.

— No sé nada de él.— Lo confieso.

- ¿Qué? No le creo a Sam.— dijo Sean.

— Por favor discúlpame, actuando sin pensar, ¿sabes? Fue solo una noche, ese día Sean, que Becca estaba en tu habitación y que querías darme órdenes.— le dije.

— ¡Dios mio! ¿Cuál es su nombre? al menos su nombre sabes Samantha?— preguntó mi papá y yo asentí.

— ¡Entonces di la m****a!— gritó Sean y me mordí el labio inferior cuando las lágrimas comenzaron a caer.

— J-Jordan.— Mi voz se quebró.

— ¿Jordan de qué?— preguntó papá..

— Brenner, Jordan Brenner.- Dije y solté un sollozo.

— Jordan Brenner? ¿El hijo de Jeremy Brenner?— pregunta Sean.

— No sé, quien lo conoce más o menos es Becca.— Hablo.

— Así que llámala y pregúntale.— dice papá.

— ¿Qué? No haré eso.— Dije y obtuve una mirada de regaño.

— Llama ahora —dice con los dientes apretados.

Tomo una respiración profunda, saco mi teléfono celular de mi bolso y marco el número de Rebecca.

Conexión ON

— ¿Pasó algo, Sam?— Responde al segundo timbre y se le quiebra la voz.

— Mi padre está aquí.— Hablé y ella suspiró fuertemente.

—¿Qué dijo?— pregunta ella.

— ¿Además de llamarme perra? De todos modos, eso no viene al caso ahora que quiere saber algo —digo.

— ¿Y en qué te puedo ayudar?— pregunta mi amigo.

— Quiere saber el nombre del padre de Jordan —digo.

—¿Eso es todo?— pregunta.

— Por ahora, sí.— digo.

— Bueno, su padre es dueño de una empresa multinacional e internacional, y su madre es organizadora de eventos, y no es de cualquier tipo de evento. Son bastante ricos y…— La interrumpí.

— Rebeca, ¿cuáles son los nombres? Dilo pronto.- Hablo sin paciencia.

— Jeremy Brenner y Suzan Mark Brenner —dice y cierro los ojos.

— Bien, gracias y ¿Becca?— digo preocupado.

— Si.— responde suavemente.

— ¿Estás bien?— pregunto y miro directamente a Sean, que baja la cabeza.

— No te preocupes por mí, sabes que mi sobrino lo sentirá si te quedas así, ¿verdad?— dice y yo me río.

— Va a estar bien, te llamaré más tarde.— digo.

— Bueno.

Conexión APAGADA

Los dos hombres aburridos de mi vida me miran con ansiedad, me muerdo el labio y respiro hondo.

— Entonces…— dice Sean.

— Su padre es dueño de una empresa multinacional e internacional y su madre es organizador de eventos carísimos.— digo y mi padre sonríe de lado.

— ¿Y cómo se llaman sus padres?— pregunta mi padre.

— Jeremy Brenner y Suzan Mark Brenner. —digo y Sean abre mucho los ojos y papá se ríe.

— ¿No puedo creer que sea el hijo de mi jefe? Es ese chico del centro comercial, ¿no?— Sean pregunta e incluso confundido me siento.

— Hija, encontraste el puente dorado al final del arcoíris.— Dijo papá y yo lo miré confundida.

— ¿Qué? ¿Cómo es eso?— pregunté.

— Cariño, por una vez en tu vida, por ir a fiestas estúpidas, cometiste un error que nos hizo rendirá mucho.— dice.

— Todavía no entiendo.— digo.

— Bajaré de nivel para explicarlo mejor. De todos modos, al menos esta vez supiste a quién dárselo, y esta pequeña cosa allí va a ser una buena manera para que Jeremy y yo cerremos una sociedad.— Abro la boca con sorpresa e indignación por lo que acaba de decir mi padre, Miro a Sean y tiene la misma reacción.

— Papá, no creo que eso sea correcto.— dice Sean.

— Esto no está en discusión, hablaremos con Jeremy Brenner mañana, sobre lo que lleva en la barriga.— él dice.

— No hables así de mi hijo, no tienes ese derecho.— Grito.

— Eso es lo que piensas, ahora sube y mañana por la mañana prepárate para que vayamos a visitar a tu futuro suegro.— dice sonriendo.

— ¿Qué? No me voy a casar con Jordan ni nada por el estilo.— digo irritada.

— Repito una vez más: esto no está en debate. Ahora sube y a las nueve prepárate.— dice bruscamente.

— ¡Te odio, desearía que mami estuviera aquí! —grito cuando paso a su lado.

— Pero no lo está, ahora ve arriba.— dice y empiezo a subir las escaleras cuando me llama.

— ¿Qué es?— digo enojado.

— Todavía me agradecerás por esto, Sam, solo quiero lo mejor para ti, sí lo harás agradéceme —dice y yo sonrío irónicamente.

— Así que solo siéntate y espera, porque esto realmente no sucederá, papá.

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