CAPÍTULO 83: LA FARSA SE CAE
Vanessa
No espero nada bueno cuando suena el celular a las tres de la mañana. Durante años he aprendido a leer las señales del peligro antes de que se materialicen, a detectar el temblor sutil en el aire antes de que el mundo se derrumbe. Lo miro sin tocarlo, como si el aparato pudiera morderme. Es un número desconocido. Me incorporo en la cama, siento el peso del silencio, el aire espeso como un presagio, y finalmente deslizo el dedo para desbloquear la pantalla.
Hay un solo archivo, un video.
Durante un segundo, creo que es obra de Vivian y su manera tan peculiar de recordarme quién lleva las riendas, pero no, la prepotencia de mi querida suegrita se manifiesta de otras formas. Este archivo, en cambio, huele a trampa.
Reproduzco el video… la pantalla tiembla ligeramente, en él se ve un lugar es oscuro y húmedo, y se escucha un goteo insistente y metálico. El enfoque se ajusta, y ahí aparece él… Julián.
Mi garganta se cierra.
Está de pie frente a la cámar