CAPÍTULO 82: EL PRECIO DEL SABER
Maddison
No logro dormir. No después de haber estado allí, en ese galpón en ruinas, con el silencio goteando sangre seca a mis pies y el teléfono roto de Derek entre mis manos. Las imágenes no dejan de repetirse en mi cabeza, una y otra vez, como si la oscuridad de ese lugar se hubiera incrustado bajo mi piel. Apenas amanece, me presento en la estación de policía. Entrego el teléfono sin decir una palabra, solo lo coloco sobre el escritorio frente al oficial de turno, quien al ver mi rostro comprende que no estoy allí para perder el tiempo. Declaro todo, desde cómo llegué hasta el galpón, cómo encontré el celular, la cadena rota, la sangre. No menciono a Andrew, aún no, porque necesito estar segura.
Apenas una hora después de mi declaración, el caso toma otro rumbo. La evidencia los lleva directo hacia los Beaumont. Gregory, específicamente. Resulta que el galpón donde encontré el teléfono no figura en los registros oficiales de la empresa, pero sí apa