CAPÍTULO 69: EL REGRESO DE LOS FANTASMAS

Derek

La noche después del accidente en el hospital se siente como una maldición que no puedo quitarme de encima. No logro dormir más de unas horas, con la imagen de Maddison en la cama de hospital, suplicándome que la deje en paz.

Cierro los ojos, siento la presión de la mandíbula mientras la rabia me late en las sienes. Sé que no tengo derecho a reclamar nada, pero verla con él, verlos juntos, tan… cómodos, tan unidos… me desangra por dentro.

Vuelvo a la oficina para intentar sacarme esa imagen de la cabeza, pero apenas cruzo la puerta de mi despacho, sé que la calma que busco no va a llegar.

Mi madre está ahí.

Vivian Kingsley está sentada en uno de los sillones de cuero, perfectamente arreglada, como siempre. Lleva un traje color crema y el cabello oscuro recogido en un moño elegante. Su perfume caro flota en el aire, pero en lugar de tranquilizarme, me provoca un asco irracional.

—Derek —dice con una sonrisa suave y la voz modulada de quien