CAPÍTULO 116: CORTAR EL LAZO
Derek
No duermo. No después de lo que pasó anoche. Maddison intenta mantenerse tranquila, pero sé que también la carcome por dentro la misma inquietud que me está dejando sin aire. Vanessa cruzó un límite que no puede deshacerse. Ya no son celos ni rabia ni un matrimonio roto, es la guerra. Y esta vez, no pienso esperar a que ella dispare primero.
En cuanto Maddison se queda dormida, salgo del dormitorio sin hacer ruido y bajo a mi despacho. Enciendo la luz tenue, dejo el teléfono sobre la mesa y me quedo mirando durante unos segundos los portarretratos que todavía siguen ahí, como si nada hubiera cambiado, como si el tiempo no se hubiera quebrado entre nosotros, pero ya no hay lugar para nostalgia. La piedad no tiene espacio cuando alguien amenaza con destruir todo lo que amas.
Marco el número directo de Patrick, mi abogado personal desde hace más de diez años.
—¿Derek? ¿Todo bien? —responde con voz grave y algo ronca por el horario.
—Necesito que prepare