39. ¿Nadie?
—¡El príncipe me ha pedido que me haga cargo de los cambios que se harán en la casa! —exclamó Jack, captando la atención de todos los sirvientes de Saint Bartolomé—. ¡Necesito que vengan todos! —pidió y algunas de las doncellas, salieron corriendo, para llamar a sus compañeros.
Serafina miraba a Jack, esperando a que los demás sirvientes llegaran a la reunión. Ella también estaba inquieta por saber lo que él tenía por decirles y cuáles eran los cambios que haría en Saint Bartolomé.
Los trabajadores no demoraron en reunirse y los susurros no se acababan, todavía no lograban asimilar que la señora Poms ya no estuviera y así les molestaran los designios de la mujer, era la única capacitada para mandarlos, entonces se sentían un poco perdidos, algo que se les notaba en la mirada y la forma de actuar, que no pasó desapercibido por el guardia.
—¿Quién de ustedes lleva más tiempo en Saint Bartolomé? —preguntó Jack. Todos se miraron, hasta que, finalmente, levantó la mano un hombre mayor co