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Victoria, tierra

Victoria, tierraES

Historia
Gregoria R. Márquez Díaz  En proceso
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19Capítulos
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Resumen
Índice

Sinopsis

InteligenteEstudianteAmorDramaprotagonista femenina fuerteAmor secretoamistad

Lejos de su hogar, María Victoria hace lo posible por adaptarse a su nueva realidad. Nuevos amigos hacen su estadía en la nueva casa más fácil. Con lo que no contaba, era con que conocería a un príncipe azul que ya tiene dueña y que más allá de su hogar, justo donde su madre quería enviarla, hay más de una persona que lleva su sangre.

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Último capítulo

  • En todas las familias hay uno, en la mía hay dos

    Llegando la hora de regresar, mucho antes, volví y toqué las flores de mamá, la señora Manrique las mantenía muy bonitas, había tenido que esforzarse un poco entre las de ella y las de mi madre, eso si, las palmas que ella conservara tan bien adentro de la casa no eran las mismas. -Oye María,-Me dijo acercándose la señora Leticia.-la hemos pasado muy bien ¿no es así? -Si, si, gracias señora Leticia, cuide mucho a Emanuel. -Desde hace días he querido entregarte algo.-Miró alrededor, todos estaban lejos, papá y el abuelo veían algo en el auto del doctor Caster y Emanuel jugueteaba con Diego.

  • Regalos de navidad

    La navidad es pues felicidad, celebración, papá nos compró ropa nueva a Emanuel y a mi, muy temprano lloramos los tres abrazados añorando a mamá, luego decidí ser fuerte como ella lo había sido y sacudí la cabeza, despejé la tristeza y me dispuse a arreglar la casa, las más bellas flores adornaron nuestra estancia y la cocina estaba impecable. El doctor Caster y la señora Leticia fueron lso primeros en llegar con varios regalos, luego llegó Nilvia muy feliz y hermosa, un vestido de seda negro se ceñía a su cuerpo y por primera vez noté como los ojos de papá detallaban su espalda y sus glúteos, llevaba el cabello suelto, no muy largo y un gancho brillaba a un lado. -Por favor coloca mis regalos en el árbol.&nbs

  • ¡Quien menos piensas, sabe más!

    ¿Cuántos años tenía el doctor Caster? ¿50? ¿60? No, eran muchos, y él era ágil, muy ágil. -Abre la boca.-Me ordenó con una paleta en la mano derecha, yo aproveché y lo miré, era apuesto, arrugas alrededor de los ojos que casi no se notaban cuando como ahora, usaba los lentes.-Te has cepillado bien. -Si. -Ya veo. Tu garganta está bien.-Tocó mi cuello, vio mis oídos, mis ojos, bajo mis brazos, mis pies, mis rodillas, mi espalda.- ¿Y cómo te fue los días del desarrollo? -Mal&n

  • Lejos y cerca

    Creo que papá no pestañeaba, creo que se le secó la boca, dentro y fuera porque no podía cerrarla. Mamá me enseñó muchas cosas pero no me enseñó a conducir y me preguntaba si estaba bien que papá lo hiciera en esas condiciones. -Dices que papá…tu abuelo también sabe que saben tu y Diego. -No sé hasta dónde sabe, pero sé que algo sabe. Me hubiese gustado que el viaje fuese más placentero pero no pude evitar que el teme de conversación fuese que no debí hablarle a Diego de nuestra existencia. Yo hubiese querido hablar de mamá, de cómo me emocionaba regresar a cada, de los regalos de navida

  • Interrogatorios

    Son difíciles las despedidas, pero esta era tan deseada para mí que no pude compartir con mis amigos de la casa su tristeza. Cuando el auto del doctor Caster, conducido por papá tocó la bocina en el portón de la casa me sentí muy aliviada. Acababan de dar las tres de la tarde y yo terminaba de guardar un par de zapatos y el cepillo dental en un bolsillo que se hallaba en la parte superior del morral. Gary me ayudó con algunas cosas hasta el auto y ahí me abrazó y me deseo suerte. -Suerte a ti también, que pases una feliz navidad y que prosperes en grande en este nuevo año. Mira me dijo adiós con lágrimas en los ojos, pero sus lágrimas

  • Por mamá

    Diego me miraba incrédulo, di gracias a Dios porque los minutos se extendieran y ningún timbre viniera a interrumpir nuestra conversación.-María ¿qué te ocurre?-Quiero que veas esto.-Volví abrir mi bolso y saqué la carterita ¿Otra vez la foto? Pensaría él, esta vez saqué la foto de papá y la mantuve entre mis manos.-Después de ver esta fotografía vas a sentirte más confundido, pregúntame lo que quieras que yo responderé.-Me miraba como si yo fuera una loca diciendo tonterías, entonces le extendí la foto. Antes de mirarla me miró a mí por unos segundos, quizás diez segundos, ¿qué buscaría? Diego era un muchacho muy inteligente, nada ingenuo, intuitivo, y si como pensara yo era mi hermano mayor, pues no podía decepcionarme, antes de mirar la fotografía buscó en m&

  • Hablando claro

    Mamá decía siempre que el miedo nos hace reaccionar de diversas maneras, pero que siempre en mitad del miedo era que desarrollábamos una defensiva efectiva que si sabíamos emplearla nos daría muy buenos resultados. Al principio, Emanuel convulsionaba de manera totalmente ruda, quedaba inconsciente y sin recordar cómo había pasado todo, mamá lo mecía en sus brazos y lo besaba mientras papá y yo auxiliábamos en lo que podíamos, frecuentemente se hacía pipi y en dos ocasiones si no es por mamá se muerde la lengua. Mamá fue preparándolo entonces, llevada por los consejos del doctor Caster para la convulsión que pudiera venir. Emanuel tenía tanto miedo, cuando tenía cinco años, de caer en el recreo y permanecía en el salón. Pero mamá utilizó su miedo a su favor, le dijo que si continuaba q

  • Ayudando a los amigos

    Contaba los días, uno a uno, las horas para que llegase pronto la navidad, durante mis recorridos a la escuela en compañía de Gary todo lo que hacía era hablarle de lo bien que la pasaría una vez que llegará allá. De cómo pasaría horas recorriendo las cosas más hermosas de mi madre, su habitación, su cocina, cada cosa que aún tuviera su perfume. Prometí que jugaría incansablemente con Emanuel y que nadie me detendría a la hora de cocinarle las cosas más exquisitas a papá. Gary reía de mi elocuencia y me miraba fijamente a la hora de despedirse de mí. -Deja de soñar adentro.- Me decía cuando me abandonaba en la entrada del colegio.- Necesitas estar despierta. Yo reía y él también, partía con una g

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  • 0.1 Close to abyss
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19 chapters
Lejos de los recuerdos
Victoria, tierra/Gregoria R. Márquez Díaz
            Al principio el paisaje se mostraba repetitivo, el mar a la derecha se alejaba cada vez más de mi vista, las montañas y la vegetación lo cubrían, mi mente se disputaba los recuerdos entre la ausencia de mamá y la falta de mi hermano y mi padre. Tuve ganas de llorar y lo hice resguardada en los brazos de la directora, ahora la distancia me obligaba a tenerla como aliada, quizás no era tan mala como yo pensaba de haberlo sido, mi madre no habría confiado en ella, suficiente para cambiar mis opiniones, mamá jamás me hubiese dejado en manos de alguien con malas intenciones.            Sentí cuando el auto se detuvo y medio abrí los ojos, en frente quedó el rostro del chofer, por primera vez lo detallaba, tenía grandes ojos verdes, cejas pobladas y una nariz respingada, su boca no hacía j
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Hola y adiós
Victoria, tierra/Gregoria R. Márquez Díaz
          A medida que el auto rodaba y me alejaba más de casa, la inquietud por saber que me esperaba tomaba fuerza en mi cerebro. Deseaba pudieran pasar a prisa los días para volver a ver a papá y a Emanuel, nunca había estado lejos de casa y ahora yo sola debía enfrentarme a una nueva familia y aun nuevo colegio, donde por lo menos estaba Gloria. Lo extraño era porque negar de donde venía, mucha gente que salía del pueblo regresaba queriendo pasar una temporada tranquila, frente al mar, Gloria no tenía la apariencia de una pueblerina, pero tampoco presumía de ser citadina, ¿qué le pasaría durante estos meses? Tendría que esperar hablar con ella, seguramente ahora estaríamos más unidas que nunca. Olvidé por un momento a lo que me enfrentaría y contemplé el paisaje, el mar ya no era visible, montaña enormes lo ocultaban
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Había una vez un príncipe...
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          Volví a mi nueva habitación atravesando la sala, pasando frente a la cocina y luego el pasillo, Mira había sacudido algo el polvo y cerrado las cortinas, miré todo a mí alrededor, mi maleta parecía poquita cosa, papá se había encargado de seleccionar la ropa más juvenil que tenía, pensaba que tenía que estar todo el tiempo preparada para salir.            Me senté al borde de la cama y con mis piernas unidas y las manos en ella contemplé mi nueva vida, ¿Qué estarán haciendo papá y Emanuel? ¿Pensarían en mí? ¿Me extrañarían como yo a ellos? Si pudiera salir volando y llegar a ellos por un momento, solo instantes y mirarlos Decía el doctor Caster que lo malo de morir no era el hecho de perecer sino el  tiempo que tendr
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           Mientras de cierta forma todos colaboramos en tomar flores y colocarlas en jarrones y decorar las esquinas, las mesas y hasta los baños, mi mente se mantuvo entretenida y feliz. Tenía la sensación de estar en casa, rodeada de rosas y hasta las azucenas, que en casa nunca existieron, me parecieron familiares. Los regalos de boca para esta feliz pareja habían sido valiosísimos, teníamos floreros de cristal, barro y porcelana para escoger, Raquel colaboraba  de mala gana ya aseguraba que a la señora Lucy no le gustaría ver aquello a su regreso, fue ahí cuando recordé que era alérgica a los eucaliptos y que yo había preparado con ellos el ramo que sostuviera en sus manos seguramente durante todo el viaje. A veces tenía curiosidad de subir al otro piso, sólo Raquel lo hacía y yo me preguntaba ¿si acaso tendría un monstruo ah&
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Cambios inesperado
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           Tanto esperar el día, para que se esfumara en una abrir y cerrar de ojos, de nuevo el tiempo se hacía pesado, las conversaciones de los miembros de la casa no me interesaban así que no intervenía, Samuel se mostraba comprensivo y no traía a colación temas familiares, hablaba del aseo del auto y de cómo hacer para mantener el jardín, yo di un par de ideas a las que Raquel le causaron risa.            -Las flores son sólo flores que con agua y sol se conforman ¿Qué pueden saber de charlas o de momentos indicados para ser tomadas?            Las personas en la cocina no dijeron nada, Gary y Mira se miraron, yo no mordí el anzuelo, Raquel sólo quería provocarme.         &nbs
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La sangre
Victoria, tierra/Gregoria R. Márquez Díaz
            Me acerqué un poco para enfocarla bien, su vientre estaba abultado, llevaba una bata celeste con un lado en la parte superior del mismo color, sus pies se hallaban descalzos, así que mientras me iba acercando pude deleitarme viendo sus diminutos dedos, pintaditas las uñas de blanco. Convencí a mi mente que mamá estaba muerta, pero tantos días sin verla me hicieron desistir y adorar toda su imagen.            -Oh, María ya te despertaste.            Me sonreía, una hermosa sonrisa de esas que sólo las madres pueden dedicar, sus dientes eran los de siempre, sus ojos negros brillantes y su cabello corto, llevaba una cinta amarrada del mismo color del traje, pude notar que mamá en ese momento lucía más joven de lo que recordara, tal vez er
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Nace una mujer
Victoria, tierra/Gregoria R. Márquez Díaz
            El resto de la tarde con mi familia estuvo tenso. Sentí que papá partía malhumorado, pero yo me sentía incomoda por hablar más de la cuenta. Tomé asiento junto a Emanuel en el asiento de atrás y jugamos con su soldados y carros, papá no interrumpió, condujo lentamente y contemplamos la tarde caer, logramos un bronceado bonito y un cansancio típico de las visitas al mar, aunque no nos bañamos. Papá me abrazó y besó en la frente, Emanuel me apretó por la cintura y subió a mi oído.            -Estoy preparando la casa para navidad, abraza a tu osito y piensa en nosotros.            -Así lo haré.            Y aunque sabía
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Soy princesa
Victoria, tierra/Gregoria R. Márquez Díaz
            Mis propios quejidos me despertaron. Abrí y cerré los ojos asustada porque frente a mí los verdes ojos del señor me detallaban.            -Hola.-Dijo suavemente, apreté los puños y abrí los labios mordiendo mis labios, él ahí, a mi lado, con una sonrisa amplia, el cabello desordenado cayendo a los lados y su aroma impregnando mi habitación, ¿mi habitación?            -¿Cómo llegué aquí?            Mira apareció detrás de él.            -El señor te trajo aquí hija, ¿cómo te sientes? ¿Te duele aún?   
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