————————————————
El viaje en carruaje fue silencioso, estaba temblorosa sin saber que sería mi destino. El rey, se mostraba serio, pero de vez en cuando sentía sus ojos sobre mí. Pero no hacía nada, siquiera intentaba tocarme.
Al llegar después de todas esas horas de viaje, me empujaron con fuerza y brusquedad. Estabamos en otra mansión que no conocía, me llevaron hacia una habitación decorada de detalles dorados y azules. Era preciosa.
—Encierrenla –ordenó y negué dando golpeteos a la puerta.
—¡Por favor alteza! –exclamé llorando y dejé caer mi cuerpo de rodillas antes de seguir pidiendo piedad –se lo pido… por favor… Henry…
Pero no obtuve respuesta, me recosté en la cama llorando. Odiaba estar encerrada, ya