Bastian conducía a alta velocidad, su mente divagando. Se sentía tan culpable y estúpido.
La pregunta que había escapado de los labios de Carmen antes había destrozado su cordura y logrado hacerlo sentir muy culpable. La sensación era tan tortuosa, para ser honesto. Bastian sentía que moría cuando escuchó esa pregunta salir.
"Carmen, lo siento. Sé que no debí haberlo hecho," murmuró Bastian para sí mismo.
"¿Por qué soy tan idiota?" Bastian se maldijo a sí mismo.
En su estado de frustración, Bastian decidió no ir a casa sino dirigirse a la residencia de Damián. Había pasado mucho tiempo desde que visitó a su amigo, y Damián también parecía estar todavía enojado con él porque simplemente no respondía ni devolvía sus llamadas. Tal vez este era el momento adecuado para que Bastian se disculpara y expresara todas las cargas de su corazón a su mejor amigo.
Bastian dio la vuelta desde la dirección de su casa hacia la residencia de Damián. Diez minutos después, estaba ahí, y como siempre, la