La abuela los guió por el pasillo hasta una habitación al fondo. Un cuarto con grandes ventanales de vidrio transparente. Después de hablar brevemente con la enfermera encargada de la unidad de cuidados intensivos, finalmente dejaron que Carmen entrara, pero solo por cinco minutos.
Después de tanto tiempo, Carmen pudo entrar sin que nadie la molestara. Su madre yacía inconsciente en la cama. Tenía dos bolsas de suero conectadas a ambos lados del cuello, y su cara y brazos estaban vendados. Carmen corrió hacia ella.
"¡Mamá, mamá, por favor despierta!"
El cuerpo de Emma estaba lleno de cables conectados a máquinas de soporte vital. Carmen tocó el hombro de su madre, pero solo sintió piel fría y un cuerpo sin vida bajo sus dedos. Las lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas mientras sollozaba sin control.
"Mamá..."
Silencio. No hubo respuesta, solo el pitido constante del monitor cardíaco.
Carmen tomó las manos de su madre y las apretó contra su pecho, sintiendo el impulso de no solt