—Bastian, ¿vas a quedarte callado? ¿No necesitas hacer algo para investigar a tu esposa? —Javier Vargaz, el mejor amigo de Bastian, intentó convencerlo de que hiciera algo.
—No —Bastian se frotó la cara y luego bajó la mirada. Una guerra se libraba en su interior. Su cerebro sabía que algo andaba mal y que tenía que hacer algo para demostrarlo. Pero su corazón se negaba a aceptarlo y le decía que se callara y no hiciera nada.
En medio de un día tormentoso, Bastian llegó a la residencia de Javier Vargaz, su amigo que casualmente tenía la misma profesión que su esposa. Su llegada a la casa de Javier no fue sin motivo.
Esa mañana, después de una noche apasionada con Carmen, Bastian se despertó temprano. Y encontró que Javier le había llamado varias veces a su celular porque el mensaje que Bastian le había enviado realmente lo había dejado atónito.
Bastian le envió un mensaje de texto a Javier para preguntarle si también estaba en París para asistir al festival internacional de premios de