Carmen gimió cuando Bastian le chupó el labio inferior y le dio un ligero mordisquito. Las rodillas de Carmen temblaban incontrolablemente mientras Bastian presionaba sus caderas contra las de ella y le desabrochaba lentamente el camisón, quitándole las bragas. Carmen gimió con un gemido agudo. Bastian le besó a lo largo de la mandíbula y luego movió la boca hacia su garganta, chupando y besando ligeramente.
—Señor...
La voz de Carmen era ronca, incluso débil. Tenía ganas de gritar, ya que no podía evitar gemir ruidosamente en respuesta a las sensaciones que Bastian le provocaba. De repente, él le mordió la piel del hombro y tiró con tanta fuerza que le dejó una marca roja. El cuerpo de Carmen se estremeció al sentir el familiar calor extendiéndose por su interior.
—Mmm... mmm... —Carmen volvió a gemir.
«Shh, shh, cariño, voy a hacerte sentir bien», le susurró Bastian con voz ronca al oído.
Empujó a Carmen sobre su espalda y se subió encima de ella. Carmen jadeó cuando su peso se posó