Capítulo 2

Capítulo 2 

Las manos me temblaban, no podía ni levantar la mirada porque no quería ver a ese hombre a la cara, necesitaba buscar una manera de salir de esto, mi bebé no podía nacer con ese hombre, era malo, lo sabía, nadie me lo tenía que decir, pero ahora no sabría como hacerlo. 

Siento como alguien me levanta el rostro, aprieto las manos a mis lados cuando esos ojos negros me observan con frialdad y algo más que no puedo describir. 

—Camina, a fuera nos está esperando nuestro vehículo —Asiento sin decir una sola palabra —. Detesto que la gente no hable cuando yo lo hago. 

—Si…Señor, lo seguiré. 

Rueda los ojos arreglando su saco para caminar delante de mi con los dos hombres que siempre lo siguen a todos lados. Llegamos a la salida y una camioneta de última generación se estaciona frente a nosotros. 

—Sube —Me señala la puerta abierta —. No quiero llanto, ni berrinches ni nada de eso, no quiero lastimarte, pero si pones problemas no dudes que lo haré. 

No digo nada y simplemente hago lo que me dice, no tengo nada, ni a nadie, solo mi bebé, si algo me pasa no se que seria de él y no pienso permitir eso. Entramos en el auto y cuando está a mi lado el auto arranca.

—Gracias por sacarme de ese lugar —digo, porque en parte salir de ese lugar siempre fue mi meta.

—No lo agradezcas, vas a pagármelo, eres una puta, refinada o no, lo sigues siendo, pero nadie lo sabe, por eso te compre, vas a casarte conmigo y fingirás que somos los mas felices del mundo —Abro los ojos sorprendía por sus palabras. 

—¿Casarnos?, pero no puedo hacer eso, pensé que sería libre, que trabajaría para usted como su empleada o algo así —ríe limpiando una pelusa de su caro traje. 

—No eres mi sirvienta y mucho menos eres libre, serás mi esposa y no pienso discutir eso, si no lo haces, tu bastardo pagará las consecuencias —Jadeo colocando la mano en mi vientre —. Yo lo sé todo, y más cuando me interesa, sé que estás embarazada, no quiero saber de quién es, si te comportas te quedarás con él, si no yo mismo me encargare de que no lo vuelvas a ver nunca más.

—No, por favor, no, le juro que haré lo que quiera, pero no me lo arrebate, es todo lo que tengo. 

—Bien, espero que tengas eso siempre presente, porque la escoria de tu padre no te salvará, recuerda que él fue el que te hizo lo que ahora eres, una Zorra bien pagada. 

Alejo la mirada de él para ponerla en la ventana, es cruel y despiadado, se lo que soy, no tiene que repetírmelo a cada momento y tampoco he podido olvidar que mi propio padre me hizo esto, pero eso no quiere decir que no sienta y no me duela lo que me dice, necesito escapar, no puedo quedarme junto a el, aunque sea el padre de mi hijo no puedo hacerlo. 

***

Llegamos a una gran mansión, sabía que este hombre tenía mucho dinero, pero jamás imaginé que tanto, el lugar parece una mansión, por donde lo mires ves lujo y más. El auto se detiene en la entrada y mi puerta es abierta por uno de sus hombres, bajó de él con la cabeza abajo y camino al lado de el hombre del que no sé su nombre. 

—Dile a Esperanza que le enseñe su habitación. Te quiero a las siete en el comedor, cenaremos con mi padre —Asiento caminando dentro sin decir ni mirar a nadie. 

—No tienes que tener miedo, no todos somos como el jefe, está enojado con la vida, pero en el fondo no es tan mala persona —Levanto mi mirada para observar a el hombre a mi lado. 

— Es un mafioso, ¿Cierto? —Sonríe caminando conmigo dentro de la casa hasta el recibidor. 

—Es mejor que no sepas más, estarás más a salvo, Es suyo tu hijo, ¿Cierto? 

—No sé de qué habla, y por favor, no quiero hablar más, quiero descansar —Asiente.

—Le diré a Esperanza que venga, quédate aquí. 

No digo nada viéndolo desaparecer por el pasillo del lado izquierdo. Jamás había visto un lugar tan grande y hermoso, no puedo decir que no me impresiona porque sería mentira, pero nada de esto lo elegí yo y no es mío tampoco. Observó el lugar justo en el momento que llega una señora de unos cincuenta años que me sonríe con ternura. 

—Cariño, tú debes ser Darana —Asiento —. Ven conmigo, cariño, te enseñaré tu habitación. 

Subimos las escaleras y camino detrás de ella por un largo pasillo lleno de puertas a ambos lados. La mujer se detiene frente a una blanca y observo el interior cuando la abre.

—Vaya, es enorme, jamás he tenido una habitación tan grande —Ella sonríe acariciado mi espalda. 

—Toma un baño, te esperamos abajo para que cenes. 

Asiento y cuando me quedo sola observo todo con cuidado, necesito buscar una salida, no puedo quedarme aquí, si no salgo ahora, después será demasiado tarde. 

Me quito los tacones y corro a la puerta para salir por ella cuidando que nadie me vea, cuando llegó a las escaleras me detengo. No puedo salir por aquí, si lo hago seré evidente, necesito buscar otra salida, regreso al pasillo y corro hasta el fondo abriendo una puerta que parece una sala de videos. Miro el lugar y me acerco a la ventana, son unos metros, pero si bajo con cuidado podría llegar al primer piso. 

Con cuidado saco un pie por la ventana y luego el otro bajando con cuidado por la escalera pegada a la ventana, no se porqué está aquí, pero lo agradezco. Cuando llego al piso, corro con todas mis fuerzas hasta la puerta, pero un golpe en mi rostro hace que me detenga con fuerza. 

—¿A donde ibas?, preciosa —Levantó la mirada encontrándome con el rostro de Bris. 

—Tengo que irme, soy libre, no puede tenerme aquí —Sonríe como un loco y eso me da miedo. 

—Te dije que no eras libre, serás mi esposa y no se te ocurra volver hacer esta estupidez o la próxima vez el golpe no lo recibirá tu rostro —dice mirando mi abdomen. 

—No entiendo porque quieres que esté aquí, puedes tener a la mujer que quieras.

—Si, lo puedo hacer, pero todas querrán mi dinero, tú quieres libertad, por lo que harás lo que te diga —Se agacha quedando en cuclillas para estar más cerca de mi —. Vamos a casarnos, serás una gran esposa y no le dirás a nadie que esto es un acuerdo, si no lo haces, voy a devolverte a ese maldito burdel y ten por seguro que tu proxeneta no estará muy feliz de que lleves un mocoso en su vientre. 

«No, no puedo volver a el burdel, no con mi hijo en mi vientre, me lo quitarán y no sé qué harán con él ». 

—No puedes hacerme esto, es mi hijo, no me lo puedes arrebatar —Sonríe tomando mis mejillas con su mano izquierda. 

—Puedo, y lo haré si no haces lo que te digo. Vas a subir a tu habitación, te cambiarás y regresarás aquí con una gran sonrisa en el rostro, fingirás que me amas y no le dirás a nadie que esto es una farsa, ¿Quedó claro? —gruño apretando las manos. 

—Eres un ser cruel y malvado. 

—No voy a negarlo, y tampoco me interesa que me quieras, esto es un trato y solo necesito que seas una buena esposa, si lo haces tomaré a tu hijo como mío y lo criaré como si lo fuera. 

«Si supieras que no es necesario porque es tuyo».

—¿Por qué haces esto?, jamás te hice nada, nunca me comporté mal contigo.

—Tu belleza es tu problema, eres tan hermosa que me enferma. Ahora levántate, regresa a la casa y cámbiate, te espero abajo en quince minutos, si no llegas subiré por ti y no te va a gustar lo que haré. 

Lo veo alejarse y con cuidado me levanto del césped y con los ojos llorosos camino dentro de nuevo, no se como podré salir de aquí, pero necesito hacerlo. Entró en la casa y subo rápido las escaleras para regresar a la habitación en la que estaba. Llegó hasta el baño y quitándome toda la ropa entró en él dejando que mi cuerpo se moje por completo. Salí de una cárcel para entrar en otra, ese hombre me da miedo, y no puedo hacer nada ahora. 

Me observo en el espejo e intento poner la mejor cara, es hora de actuar, soy buena para eso, no me será fácil mentir. Bajo las escaleras y llegó al comedor donde un hombre de unos sesenta años me observa con frialdad. 

—¿Es ella? —Bris a su lado asiente —. Parece una prostituta, ¿De donde la sacaste?

—No es una prostituta padre, es mi mujer —Sus ojos no dejan los míos y me pongo nerviosa.

—Ven aquí muchacha, quiero conocer de cerca a la mujer de mi hijo.

Con paso débil caminó hasta ellos para sentarme al lado de Bris que aprieta mi pierna con fuerza bajo la mesa. 

—Ella es Darana, mi prometida.

—Por lo menos es hermosa y sabe mantener la boca cerrada, será bueno para que el consejo acepte tu puesto —El asiente haciendo que me pregunte de qué habla. 

—Nos casaremos en tres días, está embarazada y no puedo dejarla a su suerte —El viejo niega gruñendo.

—Espero que sea tuyo, porque si me entero que no lo es, yo mismo se lo sacaré a golpes.

«Estos hombres son unos mostruos».

—No vas a tocarlos, papá, son míos, yo me haré cargo, ya tienes lo que querías, ahora cumple tu parte, quiero el poder absoluto, sin intermediarios ni lameculos —Asiente. 

—Al fin piensas con la cabeza correcta, pensé que esa perra te había jodido —El rostro de Bris se contrae cuando escucha eso y comprendo que alguien lo lastimo, ahora todo tiene sentido. 

—Jamás me volverán a Joder, eso te lo juro —dice mirándome fijamente, pagaré las culpas de otra persona, parece que eso siempre me perseguirá. 

Terminó la cena y me sentía más mal que hace unas horas, el embarazo estaba haciendo estragos en mí, me sentía cansada y con muchas náuseas. Subí las escaleras apresuradamente para dejar todo la cena en el retrete del baño, limpio mi rostro y salgo encontrándome con ese hombre sentado en la cama sin su traje de dólares.

—Mañana vendrá el médico a revisarte —niego, no puedo permitirlo, si lo hace sabrá que es su hijo. 

—No es necesario, estoy bien. 

—No te estoy preguntando, vendrá y punto.

—Esque ya se lo que tengo, me revise, no estoy enferma, estoy embarazada —Se pasa las manos por el pelo y luego me observa. 

—¿Qué me estás ocultando? 

—Nada, no estoy ocultando nada.

—Mas te vale, porque si me entero que no me dijiste algo que me interesa, tendremos problemas muy grandes.

Creo que lo mejor fue haberle dicho que estaba esperando un hijo de él, pero siendo una prostituta no tenía la seguridad que me creería, ahora que me va hacer su esposa, no podré ocultarlo más y estoy segura que me traerá más sufrimientos. No sé en qué momento me metí con ese hombre, fui una estúpida al dejar que no usara condon, ahora estoy pagando las consecuencias.

Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP