Seis meses después
Abro los ojos por la horrible pesadilla que acabo de tener, todas las noches desde que regrese a casa es igual, los recuerdos de ese lugar al lado de Ruso me atormentan y no me han dejado vivir en paz. Siento las manos de Reece en mi espalda y una paz que no sentía hace mucho me recorre el cuerpo.
—¿Otra pesadilla? —asiento dándome la vuelta para mirarlo a los ojos.
—Si, es como si no hubiera salido de ese lugar, cada noche es peor que la otra —su mano acaricia mi mejilla e intento alejarme porque el contacto me da asco.
—Necesitas ver a un psicólogo, no estás llevando bien tu embarazo, y solo queda un mes para que nuestra hija nazca —me quedo en silencio aunque sé que él tiene razón, solo un mes y tendremos a nuestra bebé en brazos, lo que nos tiene un poco preocupados porque mi caso es complicado y podría sufrir de depresión por parto.
—Esta bien, lo haré, pero solo si tu vas conmigo —él asiente dejando un beso en mi frente.
Lo veo levantarse de la cama y yo