Margoth
Teclear en una computadora, no parecía ser un problema para mí, hoy me doy cuenta de que esto no es nada fácil.
A dos dedos, tecleo una tecla por una y equivocándome, no me doy cuenta de que muerdo el labio inferior concentrada.
—Es de esa forma o no hay trato—el ogro ruso, habla por teléfono y sin despegar la vista de unos documentos, bufo frustrada.
Viviana, entra a la oficina contoneándose como si ella fuese la dueña del edificio. Coloca tres carpetas sobre el escritorio del ruso, y le da una mirada coqueta a su jefe. Observo como se pone a su lado, y rosa su cadera sobre el brazo de él.
Ruedo los ojos por lo obvio de su conqueteo descarado.
—¿Qué tenemos para hoy? —pregunta él, hundido entre las carpetas y su laptop
—Un almuerzo con los presidentes de Fontaine y Many
Gira de inmediato la cabeza para verla y pone atención—¿Diana Gales? El almuerzo ¿es hoy? ¿Como es que no lo comunicaste antes? ¡Maldición! Viviana, ¿para esto es que te pago? —da vueltas desesperado, mira su