Soy Margoth Richmond, debido a la mala vida que padre lleva por causas de su vicio, la apuestas, ahora tengo que enfrentar a un desafío más. No solo mi niñez fue difícil, todo ha empeorado mientras crecía. Trabajando duro para salir adelante y con el deseo de darle a mi madre la vida que se merece y que nunca ha tenido. Nunca pensé que el nombre Gregori Novikov, causaría el mayor temor al escucharlo, ni que tan solo su mirada fuese la culpable del mayo de mis miedos. No tenía la más mínima idea que tan solo su firma en un papel cambiaría por completo mi vida. Y no solo eso, pondría de cabeza mi mundo.
Leer másEl ojo por ojo y diente por diente, también aplica con él. —Este es algún tipo de venganza personal contra mi persona—reclama el ogro ruso al leer el contrato que le extendimos. —Es eso o nada—replico en mi defensa—no se siente bien cuando eres tu el que debe cumplir con ciertos requisitos ¿verdad? —Repito, venganza en mi contra. —Y lo tienes bien merecido —No lo niegas, estos años te han hecho más… —Descara, inteligente, con carácter —No dije nada de eso, siempre lo fuiste solo que eras un ave enjaulada. Lo miro con molestia—¿Ya firmaste? —Debería leerlo bien, pero confío en ti. Siendo sincero no se la razón por la cual me haces esto, ya eres una mujer libre Margoth. —Siempre lo he sido, sin embargo, lo que no me dejaba serlo, fue haberme topado con hombres que no me lo permitieron, unos déspotas. Ahora si me permites, necesito el contrato de compra que hiciste con mi padre. —No tengo razones para dártelos. —¿No? ¿seguro? —tomo los documentos que me ha entregado con su fir
Una máquina del tiempo no sería una mala idea.—¿No crees que hablar es la mejor opción en este momento? —habla el ruso al verme salir del baño, entonces recuesto la cabeza sobre el escritorio sin decir una sola palabra, sigo ignorándolo—Margot, Margot, deja de comportarte como una niña. —¡Déjame en paz!Arrastra la silla más cerca del otro lado de mi escritorio y se inclina—Quiero que mis hijos me conozcan.Levanto con lentitud el rostro, para encararlo—No son tus hijos—No llevan mi apellido, pero ambos sabemos que lo son… por favor—suplica.—Tendrás condiciones que vas a cumplir.—¿Como cuáles? —se cruza de brazos serio, no le gusta para nada que le den ordenes mucho menos, que le pongan condiciones cuando se trata de obtener algo.—Hablaré con ellos, debo prepáralos con anticipación, de ellos dependerá que quieren conocerte o no.—Me parece bien, conociéndote ahora, tienes un, pero…—Así es, si no desean conocerte, te largas y desapareces de nuestra vida.—¿Así de fácil? ¿crees q
No quiero darme por vencida.—No quiero una guerra contigo Margot—inquiere el ruso cuando estamos fuera, sigo de la mano de mi amigo y el del de su esposa.—Mañana hablaremos—damos la vuelta y deseo de verdad que toda esta pesadilla acabe—Odio que me amenace primero y luego quiera arreglar el asunto.—Odias eso ¿o el hecho de que lo haya dicho, con su esposa presente?—¿A qué te refieres con eso?—A que es el hombre que amas, del brazo de otra persona, con el título que algún día añoraste.Suelta su agarre y se adelanta para abrir la puerta del copiloto, miro mi mano y el frio se instala en todo mi ser.Aprieto la mano, como si así calmara esa extraña sensación. Entro al auto y reina el silencio, veo las luces de los edificios pensando bien en sus palabras.No me había sentido tan incomoda en su presencia, como lo estoy ahora. Lo peor de todo es que no tenia idea de que contestar.Cuando al fin llegamos a casa, sale para abrir la puerta como el caballero que es, salgo sin hablarle o
Si se mandara en el corazón, las cosas serían más fáciles.—¡Descarada! —le recrimino mientras se va a cambar la camisa que le he empapado con mi acción.—Exagerada, solo fue un chistecito—regresa de nuevo para confrontarme—solo heredaron tu terquedad—Reprende a tu esposa—reclamo a Oleg, quien ríe a mas no poder junto a su hermano—no puedo así la conocí, por tanto, la amo—seguido de eso le da un beso fugas a Keyla—¡Aww! ternurita—digo mientras finjo tener ganas de vomitar.—Todos pasamos por esa fase, deja de poner cara de que no has dicho cursilerías—me reclama ella—Ni me lo recuerdes, por favor y gracias.—Hoy deberíamos de comer y tomar—indica Oleg—Vamos hermano que también necesitas relajarte.—¿Qué te parece Margot?, abrieron un restaurante coreano, me gusta porque puedes azar en una pequeña plancha la carne mientras tomas licor. Me parece interesante.—Me apunto—digo mientras me levanto para irme a casa—pasaré el resto del día con mis niños, ya perdí mucho con ese idiota ruso
Eso de sentirse culpable, ya no es lo mío.—El descaro no tiene límites Margot—mi recatada madre, me acusa de que el plan de tener un esposo falso es descarado y descabellado. Eso que no se da cuenda de donde es que me voy a meter de vez en cuando.—Antes de señalar piensa en que lo hogo para que el ruso no se lleve a los niños—no dice una sola palabra pensando en lo dicho—si eso quiere empaco sus cosas y tu misma se los llevas.Nuestra relación no tuvo cambios, solo que ahora si me responde y yo a ella, somos personas sin ningún tipo de restricción, ya no está nuestro verdugo, aunque no fue el mejor padre del mundo, su muerte no fue exactamente linda, era un tirano, sin embargo, era mi padre.—¡No exageres! —rueda los ojos a lo que me acerco para darle un abrazo fuerte—no deseo eso, simplemente y estoy de acuerdo con Matvey, de que debes enfrentarlo, de frente es mejor así sabrás de donde vendrá el ataque.—Te quiero madre, pero, la decisión la tomaré por mi cuenta.Sin querer meterm
No recuerdo cómo se respira.Sigo pegada a su cuerpo, su pecho sube y baja, igual que el mío, no lo había visto tan desencajado.Toco su pecho y me nuestras miradas se cruzan,— ¿Por qué estas frustrado? Eres el hombre con mas paciencia de todo el mundo.—No es así cuando se trata de ti, desde que me dijiste lo del padre de los mellizos, temí, no solo por ti, sino por ellos. Son mis niños también, podría ser para ellos el tío Matvey, sin embargo, sabes bien lo que siento—toma mi mano y deja un beso en la palma de esta por unos segundos, que me parecen una bella eternidad.—¿Serias capaz de hacer eso por mí? De hacerte pasar por mi esposo, es a lo que me refiero.—Haría cualquier cosa por ti, y por tus niños…por mis niños.—No quiero lastimarte—acaricio su mejilla y siento mi corazón romperse— eres un hombre excepcional.—Lo sé, pero quiero una sola cosa, deseo que lo enfrentes y me digas si sigues amándolo.Me abraza, dejo que lo haga, cierro los ojos dejándome llevar por el momento, d
Último capítulo