Me di cuenta de que me dolía profundamente. Pero no me dolió, porque sinceramente, no esperaba grandes cosas del hombre que embarazó a mi madre y desapareció sin dejar rastro.
- Nunca tuve expectativas de él. – confesé.
- ¿Si fue un hombre horrible, cruel y frío con usted y su madre? Sí fue. Pero se arrepintió, en los últimos años de su vida.
- Y juzgué a Allan - se ríe, con burla. “Creo que era mucho más hombre que Francesco Perrone.
- Francesco Perrone se arrepintió y eso es lo que importa.
"No me importa una mierda", grité. – Fui ignorado por esta persona descalificada durante 27 años. ¿Sabes lo que son 27 años, Sebastián? – Empecé a caminar por la enorme sala con pocos muebles, completamente atónita y nerviosa. “Ahora entiendo por qué mi madre ni siquiera hablaba de él. Porque lo ordinario no valía ni la saliva que gastaste en él.
- Cariño... lo sé. Nunca pensé que lo hiciera bien. Pero desde que supe que estabas en mi vida, no he dejado de buscarte. Quería conocerte... Y...” Abri