Todo se colapsa, se vuelve oscuro. Me hundo. Sálvame.
Isabella
Siento como la esperanza abandona a mi cuerpo a medida que la doctora habla, veo sus labios moverse, pero un pitido agudo resuena con fuerza en mis oídos. ¿Cómo es que no hay una salida? ¿Cómo es que nadie puede operarlo? Es imposible que la única salida que exista para él sea la muerte. Me niego a aceptar que esto es lo único que nos queda: esperar que su hora llegue.
No puedo volver a quedarme sola. ¡No, Dios mío!, no te puedes llevar a Fernando.
—Sin embargo, puedo hablarles de un estudio experimental que se está realizando en Seattle, no puedo asegurar su efectividad, no obstante, las primeras pruebas que se han realizado han dado muy buenos resultados. —La luz se enciende en mi interior.
—¡Haremos lo que sea! —Las palabras salen de mi boca antes de que pueda comprender del todo lo que implica un estudio clínico.
—No, no voy a desperdiciar lo que me queda de vida en tratamientos agotadores que lo único que harán es arr