El placer, el pecado, la perversión son todas virtudes de la oscuridad que precede a mi alma.

Cassandra

Soy una maldita. Una absoluta y egoísta maldita. ¿Cómo puedo desear a Rogert justo, cuando Alex y mi mamá están recibiendo atención médica? Pero se siente bien este anhelo primitivo y salvaje, al menos ya no estoy fuera de control y puedo ver las cosas con claridad. Es como si en medio del caos, la sumisión de Rogert me otorgara una claridad perturbadora, una forma de control cuando todo lo demás es un completo desorden

La culpa debería ahogarme, pero no es así.

—Vas a tener que pagar muy caro el haberme llamado por mi nombre, Rogert, y por haberme tocado de esta manera, sin mi permiso expreso —declaro, mi voz baja, cargada de autoridad, es una caricia que quema en su piel. Mis manos se cierran sobre las suyas, aprisionándolas—. Pero voy a considerar que tu atrevimiento me ayudó mucho —Entierro las uñas en su piel de sus dedos, no lo suficiente para herirlo, pero sí para marcarlo y