El amanecer tiñó la costa de Noosa con tonos durazno y azul marino. Dentro del hotel, la rutina despertaba lentamente: recepcionistas cambiando turnos, personal de limpieza organizando pasillos, y el equipo de campaña preparándose para la reunión con Julie.
Ella se había levantado temprano. No por ansiedad. Por necesidad.
Después de la noche anterior, caminar bajo las estrellas, hablar con Emily, soportar la provocación de Catalina… tenía que dejar claro por qué estaba allí. Por qué le ofrecieron el puesto que muchos codiciaban.
Vestía pantalón beige de corte ejecutivo, blusa marfil sin mangas y un blazer caqui con ribetes suaves. El cabello recogido en una coleta elegante y un reloj fino en la muñeca. Nada excesivo. Pero cada pieza decía: _estoy en control_.
Entró a la sala ejecutiva del hotel con paso firme. Al otro lado, el equipo ya esperaba: asistentes, gerentes de operaciones, dos encargados de relaciones públicas. Julie saludó brevemente y tomó posición frente a la pantalla de