Tratando de evadir lo que Sean acaba de decir, julie contraatacó.
—Podrías al menos fingir que te incomodó la escena de hoy —soltó Julie apartándose del abrazo de Sean.
Él alzó la mirada con expresión de “¿otra vez?”
—¿La escena? —repitió, ladeando levemente la cabeza—. ¿Te refieres a la reunión en el restaurante con Catalina?
—A la reunión, a su insinuación, a tu gesto protector... elige.
Sean se cruzó de brazos. En lugar de adoptar una postura defensiva, se apoyó contra el respaldo del sillón y sonrió.
—Pensé que te gustaban los hombres que saben defender a una mujer.
—A la mujer equivocada —contraatacó Julie, sin darle espacio.
—Touché —asintió Sean, como si estuviera disfrutando del combate verbal—. Pero si eso fue una escena... ¿cómo lo llamamos cuando tú apareciste en bata de seda y cara de guerra?
—Eso fue dignidad.
—Yo lo llamaría entrada dramática.
Julie frunció el ceño. Él se incorporó y caminó hacia el minibar sacando una botella de agua. Al girarse, la miró con una sonrisa