POV VITTORIA ROMANOVA
—Respira, Vittoria —ordenó con su tono seco, como si su voz rompiera el aire. Solo entonces reaccioné. Inhalé tan fuerte que dolió. Akin inclinó el rostro, viéndome como si fuera una especie en extinción—. Tienes que aprender a controlar tu cuerpo... o vas a morir.
—Bueno, nunca tuve necesidad de controlarlo, así que creo que... es normal —susurré, algo confundida por la intensidad de sus palabras.
—Pero creciste en la mafia. A menos que tu padre haya creado una burbuja de cristal a tu alrededor.
Retiré la mirada apenas dijo eso. Su tono fue tan ácido que hizo que mi estómago se encogiera. Él soltó un sonido de aprobación entre dientes, como si mi silencio confirmara lo que sospechaba.
—El peor error.
—Fue por mi enfermedad —me vi obligada a responder, como si necesitara justificar algo que nunca había elegido.
—Esa es la respuesta más estúpida y rebuscada que he escuchado. Si tienes una condición, la conviertes en tu fortaleza.
Fruncí el ceño ante la dureza con