Stella Miller se ve en la encrucijada de su vida cuando la salud de su padre se encuentra en sus manos, luego de un derrame cerebral se encuentra en un estado bastante delicado y su familia se ha quedado sin dinero. Una propuesta de parte de la familia de los Allen es la salvación, su hijo primogénito ha tenido un accidente y está en coma. El único interés de su familia es preservar el apellido Allen, por lo que necesitan un heredero. El matrimonio con James Allen es la solución perfecta para ambas familias, ellos reciben un heredero a cambio de cinco millones de dólares para que Stella pueda salvar a su padre, pero las cosas no son tan sencillas como parecen. Traiciones, corazones rotos y secretos saldrán a la luz. ¿Podrá Stella con todo ello? ¿Despertará James? ¿Qué pensará él de su nueva esposa?
Leer másSe supone que el día de su boda tendría que estar feliz, súper emocionada y un poco nerviosa, al menos creía Stella que era cómo se sentiría el día de su boda, en cambio, una sensación de temor se le estaba asentando en la boca del estómago mientras se miraba en el espejo.
—¿Por qué estás sentada ahí? Apúrate, vas a llegar tarde —le dice Beth, su madrastra. —¿Estás segura que esto es necesario? —le pregunta Stella. —Tal vez no lo sea, pero… —¿En serio? —una gota de esperanza comienza a filtrarse en el interior de Stella. —Bueno, podríamos permitir que tu padre continúe sufriendo. Los derrames cerebrales no son tan malos, no es algo que necesite tratamiento —la ironía se filtra por cada tono de la voz de Beth. —Todavía no comprendo cómo no tenemos suficiente dinero para cubrir el tratamiento de mi papá. La familia de Stella no había sido millonaria, pero siempre estuvieron bien posicionados y, de un día para el otro, se encontraron con fondos insuficientes para el tratamiento de su padre. —Esas cosas pasan querida, el dinero va y viene. Deberías estar feliz por este arreglo, James Allen es un buen partido ¡Míralo! —Beth saca su móvil y le muestra una foto de su futuro esposo antes del accidente automovilístico. —En serio no puedo creer que me estés diciendo eso ¡está en coma, Beth! —Eso está más que claro querida, pero, si no lo estuviera, alguien como tú nunca podría conseguir a alguien como él. Tendrías que estar feliz, ni siquiera tendrás que lidiar con tu esposo. —En verdad no comprendo cómo mi padre pudo relacionarse con alguien como tú. Deberías casarte tú con James, al fin y al cabo, nunca amaste a mi padre. Stella y Beth nunca se habían llevado muy bien, no tenían nada que ver la una con la otra y Stella siempre la había visto como una persona demasiado interesada en lo material. —Oh, querida, anímate, piensa en lo bien que saldrá esto. Tan pronto como esto termine, los Allen nos transferirán cinco millones de dólares, eso será suficiente para tu padre. —No lo sé, todo esto me parece demasiado… frío —dijo Stella hablando consigo misma en voz alta. —Por supuesto que lo es ¿Todavía no acabas de entender que este es un matrimonio puramente transaccional? Queremos dinero y los Allen quieren conservar el nombre de su familia, está más que claro. Es un ganar para ambas partes. —¡Beth, no soy un vientre de alquiler! Solo accedí a esto por mi padre. —¡Ay! No seas tan dramática, al menos no tendrás que tener sexo con él. Aunque… —ella guiña un ojo y hace un extraño contoneo— Se rumorea que es bastante habilidoso en la cama. —Eres una persona despreciable. No comprendo cómo puedes estar pensando en algo así cuando mi padre está grave y yo estoy prácticamente obligada a casarme con un hombre que ni siquiera conozco. La ira estaba carcomiendo cada centímetro del cuerpo de Stella, mientras más escuchaba a su madrastra, más se molestaba. —Obviamente no has escuchado que la risa es la mejor medicina. Es hora de que te vistas de una vez, querrás estar guapa para tu futuro esposo y su familia ¿cierto? Stella no quería hacerlo. Desde que se enteró, quiso rechazar la propuesta, pero el dinero se acabó, se fue como el agua y la situación de su padre no le dejaba más opciones, por él haría lo que fuera, así que asiente con su cabeza una sola vez. —Bien. Voy a refrescarme, el auto vendrá a recogerte pronto —le dice luego sale por la puerta con la cabeza en alto. Justo cuando Stella se disponía a arreglarse, su teléfono suena anunciándole que Robert, su novio, la estaba llamando. Ella ignora la llamada porque lo último que desea es tratar con su novio el día que tiene que casarse con otro hombre y que, para colmo es el primo de su novio. Unos segundos después, un mensaje le llega a su móvil. “Cariño, tú puedes con esto, solo tienes que aguantar hasta quedar embarazada y él morirá, luego tú y yo nos casaremos enseguida. Trataré a ese niño como si fuera mío. Solo aguanta.” Stella suspira y tira el celular en la cama. Se gira hacia la cama y toma con delicadeza el vestido que había usado su madre el día de su boda y que tenía escondido de Beth. Pasa los dedos con delicadeza sobre la tela mientras piensa que si su madre estuviera con ella, le daría la fuerza que necesita para hacer lo correcto. Su madre siempre sabía qué era lo mejor para ella. Treinta minutos después, llega la limusina de los Allen para llevarla a su casa. El viaje es rápido y cuando llega, su corazón late con fuerza. Está nerviosa, no sabe si lo que está a punto de hacer sea lo correcto, pero ama a su padre por encima de todo. Ya había perdido a su madre y su padre es todo lo que le queda en el mundo. Si tiene una oportunidad para salvarlo, no dudará. Se casará ese día pase lo que pase.Los ojos de Stella se anegan en lágrimas, pero, a diferencia de todas las últimas veces, ahora esas lágrimas eran de alegría y gozo.Sin dudarlo ni un solo instante, ella asiente con su cabeza incapaz de hablar por el nudo que tiene en medio de su garganta.James desliza el anillo por su dedo y la rodea con los brazos para levantarla y darle vueltas en el aire.—Vamos a ser verdaderamente felices, Stell, te lo prometo. Cuando él la baja, ella se acerca de nuevo y le da un dulce beso en los labios.—Nunca dudaría de ti. Te amo, James —ella envuelve sus brazos alrededor de su cuello y vuelve a besarlo.Las manos de él se presionan en las caderas de la chica apretándose contra ella con gran entusiasmo, dejándose consumir por el gran amor que estaban sintiendo.TRES DÍAS DESPUÉSStella le ha confiado a James el prototipo de su padre. Está segura de que él hará lo correcto y terminará el proyecto.La rueda de prensa para el lanzamiento oficial comienza pronto y ella todavía no sabe qué se
Una vez sus pulsaciones se calman y Stella es capaz de hablar, le dice:—Ahora sí que necesito esa explicación. Estabas demasiado calmado en ese almacén. Con la locura de lo que estaba sucediendo, mi miedo y el estrés no pude darme cuenta, pero sí lo hice una ve que salimos y hablaste con Thomas ¿Cómo pudiste hacerlo?James suspira, le pone una bata por encima a ella, luego otra a él y la lleva directamente a la cocina. La sienta en la isla, hace café y, una vez que está listo le dice:—Durante mucho tiempo estuve sospechando que había un infiltrado, alguien que estaba detrás del prototipo.—¿Tú tenías sospechas y no me dijiste? Incluso después de que lo habías contado todo. Quedamos en que no nos mentiríamos más, James —ella comienza a molestarse.—No es tan sencillo, por supuesto que no quería que te involucraras en algo tan peligroso.—¡Tenía una bomba atada a mí! Me parece que eso es estar bastante involucrada ¿no crees?—Ya, pero eso lo supe después. El día que te marchaste de aq
Todavía jadeo, intento ralentizar la respiración y los latidos del corazón, y mis pensamientos se sumen en el caos. Abro los ojos. James ha apoyado su frente en la mía. Tiene los ojos cerrados y su respiración es irregular. Parpadea, abre los ojos y me lanza una mirada turbia, aunque dulce. Sigue dentro de mí. Se inclina, me besa suavemente en la frente y, muy despacio, empieza a salir de mi cuerpo.—Oooh.Es una sensación extraña, que me hace estremecer.—¿Te he hecho daño? —me pregunta James mientras se tumba a mi lado apoyándose en un codo.Me pasa un mechón de pelo por detrás de la oreja. Y no puedo evitar esbozar una amplia sonrisa.—¿Estás de verdad preguntándome si me has hecho daño?—No me vengas con ironías —me dice con una sonrisa burlona—. En serio, ¿estás bien?Sus ojos son intensos, perspicaces, incluso exigentes.Me tiendo a su lado sintiendo los miembros desmadejados, con los huesos como de goma, pero estoy relajada, muy relajada. Le sonrío. No puedo dejar de
James sigue con su lenta y sensual incursión. Mis pezones sienten sus hábiles dedos y sus labios, que encienden mis terminaciones nerviosas hasta el punto de que todo mi cuerpo gime en una dulce agonía, pero él no se detiene.—Oh… por favor —le suplico.Tiro la cabeza hacia atrás, con la boca abierta, y gimo. Siento las piernas entumecidas. Maldita sea, ¿qué está pasándome?—Déjate ir, nena —murmura.Me aprieta un pezón con los dientes, con el pulgar y el índice tira fuerte del otro, y me dejo caer en sus manos. Mi cuerpo se agita y estalla en mil pedazos. Me besa profundamente, metiéndome la lengua en la boca para absorber mis gritos.¡Dios mío! Ha sido fantástico. Me mira con una sonrisa satisfecha, aunque estoy segura de que no es más que gratitud y admiración por mí.—Eres muy receptiva, siempre lo has sido —me dice.Vuelve a besarme.Mi respiración es todavía irregular mientras me recupero del orgasmo. Desliza una mano hasta mi cintura, mis caderas, y la posa en mis part
El viaje de regreso a casa es tranquilo. Cuándo James y Stella cruzan la puerta y la cierran, ella se interpone en su camino. —Stella, por favor... —comienza a decirle él, pero ella lo interrumpe. —Necesito una explicación para todo lo que sucedió en ese horrible lugar, pero ahora, necesito algo con más urgencia que eso. —Dime qué es, lo que sea, lo haré. —Mejor te lo demuestro. Ella se acerca, se para en puntillas de pies y lo besa desenfrenadamente. (Narra Stella)Para eso estoy aquí. Veo su sonrisa triunfante cuando me suelta, me coge de la mano y me conduce a través de la casa.Su dormitorio es grande. Desde los ventanales se ven los iluminados los jardines que rodean la casa. Las paredes son blancas, y los accesorios, azul claro. La enorme cama es ultramoderna, de madera maciza de color gris, con cuatro postes pero sin dosel. En la pared de la cabecera hay un impresionante paisaje marino.Estoy temblando como una hoja. Ya está. Por fin, después de tanto tiempo, voy a ha
Stella cierra los ojos y recuerda algo que dijo Steve Jobs: “Saber que estaré muerto pronto es la herramienta más importante que he encontrado para ayudarme a tomar las decisiones más importantes en la vida porque casi todo, todas las expectativas externas, todo el orgullo, todo el miedo a la vergüenza o al fracaso… Estas cosas simplemente se desvanecen frente a la muerte, dejando solo lo que es verdaderamente importante.”Justo en ese momento, el altavoz vuelve a retumbar sobre Stella y una risa burlona suena en todo el almacén.—¡Ja! Fracasarás espectacularmente y volarás en pedazos.James se da la vuelta y mira directamente a la cámara. Sus ojos están helados con una tormenta increíble avecinándose dentro de ellos.—No vayas a ningún lado, Thomas y obsérvanos.—Corta el cable verde, ya —le dice ella rápidamente mientras mira el cronómetro de la bomba a punto de llegar a su final.Con manos temblorosas, James corta el cable que ella le ha indicado y, de pronto, ¡El cronómetro se det
Último capítulo