Emilio va a una guerra con la familia irlandés, cuando estudia las debilidades del enemigo se da cuenta que la hija del jefe, es la mujer de sus sueños. Como jefe de la mafia italiana y con mejor ventaja, le exige al jefe enemigo que le dé a su hija en matrimonio para llevar a la paz. Lyla se niega al principio, le hace la vida imposible, y luego descubrirá que se siente estar envuelta en las pasiones del mafioso.
Ler maisLyla Zurco
—Acepto
Mis palabras envían un escalofríos por mi cuerpo, sabiendo que esas palabras, prácticamente son arrancadas de mi boca.
Miro al hombre a mi lado, que me observa con sus ojos como rendijas, imagino que creyó que dudaría en el último momento. ¿Cómo dudaría? Si lo que está en juego es mi familia.
Si no acepto esta jodida unión, comenzará una guerra entre mi familia y los Italianos. Parece que no tengo más salida, y para los Italianos, siempre se han dado los matrimonios por arreglo. Parece que vivieran en la época de las cavernas.
Vuelvo a mirar al frente, y las lágrimas se acumulan en mis ojos, pero me niego a derramarlas. No les daré el gusto de verme sufrir. Por eso respiro hondo hasta que siento que se me pasa.
Siento un hormigueo en mi cuello y sé que es Emilio que me taladra con su intensidad, pero lo miraré solo lo necesario, no porque le tenga miedo, sino porque sé que ahora mismo en la iglesia, está el hombre con el que verdaderamente quería estar, Raúl, el que me cortejó por largos dos años y cuando por fin decidí darle la oportunidad, me salieron con esto.
Cuando le comenté, no podía creerlo, pensó que estaba bromeando con eso de "Matrimonio arreglado" obviamente no le dije los verdaderos motivos, el no sabe a qué se dedica mi familia, se lo diría eventualmente, pero ahora ya no importa.
No sé porque se tortura viniendo, creo que en el fondo, pensó que diría que no. Sin embargo, no puedo retractarme. Mis hermanos menores pagarían las consecuencias, ellos no merecen estar en el medio de esta guerra, además sé que tendríamos todas las de perder. Mi padre solo cuenta con el apoyo de sus hombres, pero los italianos, tienen a la policía comprada y el apoyo de casi todo Estados Unidos. Por lo que sería una masacre.
Cuando la ceremonia termina, y escucho el "puede besar a la novia" se me hace un nudo en el estómago, se supone que así no sería mi primer beso, que me guardé todo este tiempo, para el hombre que me gustara y con el quería compartir mi vida, ahora pienso que debí besar a Raúl en aquel momento que me lo pidió en la cafetería de la universidad.
Miro a la multitud y todos están espectantes, pero lo que me hace sudar es la mirada dolida del hombre que está al final de las bancas, es como si le hubieran dado una bofetada en la cara. Siento como una mano se posa debajo de mi barbilla y dirige mi rostro al frente, los ojos oscuros de Emilio me traspasa y me dan una sonrisa maliciosa.
No me da tiempo a pensar porque sus labios se apoderan de los míos de forma nada dulce, es como si un tornado me hubiera arrastrado y estuviera en el aire sin saber de dónde sostenerme, como si mis sentidos estuvieran siendo borrados y solo quedara la intensidad de su boca.
No puedo comparar este beso con ningún otro, pero sé que no todos besan de esta forma. Escucho los aplausos y es cuando nos detenemos, estoy aturdida y siento que me falta el aire. Aún puedo saborear la menta de los labios de Emilio, su manos me rodea la mía para salir de la iglesia, y aprovecho de buscar con la mirada de nuevo a Raúl, pero él ya no está. ¡Se ha ido!
El día de mi boda, me la imaginaba diferente. Si, sé que muchas princesas de la mafia, están destinadas a matrimonios por acuerdos, pero sabía que mi padre podría dejar que yo escogiera a mi marido.
No niego que Emilio es muy apuesto, con su altura de 1.80, su piel almendrada y cabello oscuro, pero no es con quién quería estar, ¡Ni siquiera lo conozco!
Apenas salimos de la iglesia, mis ojos buscan a Raúl como si pudiera ir detrás de él
—Yo mismo me encargué de qué se fuera— la voz de Emilio, me deja paralizada
—¿qué?
—Al idiota ese que creyó que podría merecerte— su sonrisa crece de forma malvada y a pesar de ser un imbécil, se ve atractivo —Llevo días siguiéndote, y sabía que se presentaría en la iglesia, le di la orden a mis hombres que después del beso, lo sacaran— Lo miro mal, y su sonrisa crece, pero me comienzo a poner nerviosa cuando se acerca mucho a mi, y su boca queda en mi oído —Ahora eres mía princesa, y aunque no me amas ahora, haré que pierdas la cabeza por mi.
Mi corazón late frenéticamente en mis costillas y resoplo ante su comentario, si cree que por tener buen físico, me puede enamorar, se equivoca. Parece leer mis pensamientos porque me guiña el ojo y me dirige al auto que nos llevará al salón de fiestas.
Es incómodo el montarme por todo el encaje que llevo, pero cuando lo logro, me acomodo lo más cerca a la ventana para no tener que mirarlo. Aunque parece difícil, porque cuando se sube él a mi lado, su perfume penetra todo el auto hasta meterse en mis fosas nasales, y todavía menos puedo ignorarlo, porque se pega a mi, haciéndome sentir el calor que desprende su cuerpo.
Aunque estoy en silencio y sin mirarlo, siento su mirada en mi todo el tiempo. No puedo ni pensar como será mi noche de bodas, porque ni siquiera he visto un cuerpo masculino completamente desnudo, de alguna manera se espera de mi que me entregue, pero no lo haré por voluntad propia, no es este hombre al que deseo.
Su toque en mi muslo, me saca de mis pensamientos.
—Llegamos— ni siquiera lo había notado.
Apenas nos bajamos, miro la cara enojada de mi padre que está regañando a mis hermanos, ya me imagino el motivo. Cuando nos notan, se ponen rígidos, pero les hago señas a mis pequeños gemelos para que no hagan nada imprudente.
Apenas son unos adolescentes de 15 años, y sé que si no los controla mi padre, son capaces de armar una guerra por mi.
—Que bueno que llegaron, todos los invitados los están esperando— mi padre es el primero en hablar, y sé que lo hace para aliviar la tensión que hay en el aire.
Beso a mis hermanitos en la frente y cuando me dispongo a caminar hacia donde está dispuesta la reservación, siento una mano en mi espalda baja que no sé por qué carajos me hace estremecer.
Lo miro de reojo y cuando veo su labio curvado hacia arriba, sé que notó la reacción de mi cuerpo.
La noche es abrumadora, y más aún cuando ya estoy cansada de tantas felicitaciones de personas que ni siquiera conozco, pero tengo que aguantar como esposa de un futuro capo. Cuando se me escapa un bostezo, veo como Emilio se inclina hacia mi
—Si quieres nos vamos para que descanses— abro mis ojos con miedo por lo que se viene y niego con la cabeza para postergar el asunto y lo escucho reírse —Tranquila la mia farfalla— su susurro ronco es atractivo y sexy para mi propio bien, aunque no sepa que significa sus palabras —No te obligaré a nada que no quieras, hasta que tú misma supliques porque te coma el coño— escucho su risa gutural y cuando lo miro, está concentrado viendo mis piernas muy apretadas que ni cuenta me había da
do de que sus palabras me hicieron excitarme.
¡Idiota!
Lyla 15 semanas después… Sentada en la terraza del apartamento en el que vivo con Emilio, cierro los ojos recordando todo lo que ha pasado. Todo parece surrealista. ¡Jesús! Parece que hubieran pasado años. El cansancio ha seguido allí. Emilio casi no ha estado conmigo intentando limpiar el desastre que pasó. El que Dimitry me llevara así delante de todos y matara a Raúl, provocó que el FBI pusiera el ojo en mi familia y en Emilio. A Raúl lo enterré apenas llegué. Emilio de forma amable se encargó del papeleo para que lo estuvieran listo apenas llegara. Lo reconozco, fue muy dulce. En el proceso, conocí a los otros dos hermanos de mi esposo, Amara los abrazó apenas llegaron y luego de la crisis que tuve en mi cuarto y de coger con Emilio, me los presento. Ambos me cayeron muy bien y se que fue recíproco. Desde ese momento, han intentado llevárselo bien con Emilio. Y hablando de eso, papá ese día, apenAs salimos de la habitación, agarró a Emilio del cuello y le dió un golpe por l
Lyla 2 jodidos días más aquí, en los que he desayunado, almorzado y cenado con el Ruso y me vuelve a enviar a mi habitación. Sin embargo eso cambia cuando el ama de llaves entra con un hermoso vestido rojo. Ese hombre está obsesionado con vestirme de rojo. Según él, parezco más a la reina que soy. —El Pakhan requiere de tu presencia. No digo nada porque como otras veces, sé que no me responderá. Le es fiel. Me ducho porque no me gusta estar sucia, pero no es porque quiera estar presentable para él. Cuando termino y me pongo el vestido, reconozco que este hombre tiene buen gusto y si fuera para lucirlo a Emilio, estaría encantada. Decido no arreglarme el cabello y salir, pero cuando estoy por caminar a la puerta, ésta se abre dejando ver al Ruso que al verme, sus ojos se agrandan y puedo ver cuánto le gusta lo que ve. —красивая— no entiendo lo que dice, pero no debe ser agradable. Nada de lo que sale de su boca lo es. —¿Por qué el vestido?—Iremos a nuestra Luna de miel— me pa
Emilio Mierda, mierda y mierda. Cuando llego al lugar, parece que lo hubiera azotado un terremoto. Todo está destruido, las mesas volcadas y una mesa en específico tiene agujeros. Cuando me acerco, me sorprendo de ver al cabrón de Raúl muerto, con sus ojos llenos de terror mirando al techo. —Wow. Al menos no tendrás que encargarte de este idiota. Gruño en respuesta y salgo con una ira en mis venas como nunca antes la había sentido. —Ea hora de llamar a mis queridos hermanos. Luca se sorprende, pero estoy desesperado. No suelo molestarlos, pero es hora de hacerlo. necesito del apoyo de los hombres que quedaron de mi padre y que ahora ellos manejan, así como sus conocimientos de francotiradores. No he tenido una relación del todo bien con ellos, por lo que le hice a mi madre, sin embargo ellos entienden los motivos por lo que llegue hacerlo. Incluso cuando papá murió, tampoco lo extrañaron, pero seguimos sin compaginar del todo. Caso contrario de mi hermana, la aman y la miman.
Lyla Cuando despierto en la mañana, Emilio ya no está. Miro mi móvil y tengo dos mensajes; uno de él que me dice que le tocó salir a escondidas con ayuda de Amara muy temprano y el otro de Raúl diciéndome que si lo puedo ver en una cafetería en unas horas. Me quedo paralizada porque no quiero que nada le pase, sé que si se encuentra con Emilio, es capaz de que haya un muerto. Lo veré solo para pedirle que se regrese o que se aleje un tiempo. No quiero cargar con una muerte en mi conciencia. Me ducho en mi baño y me coloco ropa de la empresa, esto me recuerda que debo pasar por la universidad y ver cómo solucionar lo de mi título que me faltaba poco para tener. Cuando salgo, papá no está a la vista, solo Amara. Que me hace un gesto de disculpa y eso me hace saber que mi padre no quiso bajar. Quiero llorar nuevamente, pero salgo antes de hacerlo. Uno de los choferes me lleva hasta la empresa y enseguida me pongo a trabajar. Quiero llenarme de trabajo para olvidar el rostro de dec
Lyla Ahora que he puesto en marcha mi decisión, debo pensar como decirle a mi padre, aún está delicado. Sobretodo, sigue odiando a Emilio. —Necesito que desde ahora te lleves bien con mi padre— le digo cuando estaciona fuera de mi casa —No quiero que sigan estás peleas absurdas. Se supone que somos familia. Veo como se tensa y se pone serio, pero asiente. Sabe que tengo razón. Cuando estoy por bajarme, me toma detrás del cabello y pega sus labios a los míos, y como siempre que siento su toque, mi mente se nubla. Correspondo a su beso como si fuera el aire que necesito para respirar. No sé cuánto tiempo pasa, pero ya me empiezo a sentir caliente por el toque de mi esposo. Quiero montarlo aquí mismo, pero los hombres de papá le avisarían si la camioneta permanece mucho tiempo afuera sin que nadie salga, sería muy sospechoso. Nos sobresaltamos cuando escuchamos un toque en la puerta y veo como mi cuñada está tratando de asomarse. Tiene los ojos entrecerrados en el vidrio y una man
Lyla He vivido unas semanas en dónde tengo citas diarias, después de salir de la empresa. Sin embargo, también lo he vivido de regaños porque mi padre se ha estado dando cuenta. No quiere que vuelva a salir herida o que me aleje de este país otra vez. Emilio ha estado atento, me lleva a diario a un restaurante diferente, dice que así le toque hacerlo por meses lo hará, porque le recuerda a cuando cenabamos juntos en casa. No hemos vuelto a dormir juntos, aunque solo con un par de besos, ya estoy caliente, así mismo como él porque anda continuamente erecto. Con respecto a Raúl, pude llamarlo. Sin embargo tuve que mentirle, si le decía que Emilio sigue detrás de mi y que no se consigue al juez Ryan por ningún lado, se volvería loco. Me llama a diario preguntando cuando volveré, la verdad es que si todo sale bien, creo que en un par de meses podría hacerlo si quisiera, pero no sé aún a dónde me llevará todo esto con Emilio. Me gusta que esté atento, que se esté comportando como u
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