Capítulo 762
Después de salir de la villa, Soledad intentó encontrar un pequeño bar para tomar algo, pero todos los bares tuvieron que comprobar el DNI, y la ley dijo que no pudo beber si tuvo menos de veintiún años, así que Soledad probó en unos cuantos pero no pudo conseguirlo, así que tuvo que marcharse descontenta.

Cuando se encontró con su vecino viejo, el hombre silencioso, Soledad le saludó y charló con él, pero el hombre no era muy expresivo, sonreía tímidamente y le dio unas latas de cerveza que acababa de comprar.

Soledad estaba necesitada de alcohol y lo aceptó.

Tras conseguir la cerveza, se sentó sola al borde de la carretera y se la bebió en silencio.

Nunca antes había bebido y casi lo escupió cuando dio el primer sorbo.

El alcohol, sin embargo, sí que era bueno para emborracharse. Tras beberse dos latas, su carita estaba ligeramente roja y no caminaba con demasiada firmeza, pero su cabeza estaba llena de burbujas rosas, e incluso el cielo nocturno se volvía de ensueño.

Soledad sonrió,
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