—Así es. La llamé, nada más.
Cuando Natalia escuchó eso, se le fue el color de la cara.
Era cierto que Lucía no había dicho nada y que, cuando habló con Brenda por teléfono, se había limitado a contarle la verdad sobre la situación de Natalia.
¡Era esta última la que estaba demasiado ansiosa por estar en la nueva obra de Brenda y por poder mostrarse ante esa directora famosa!
¡Por eso Lucía se había logrado aprovechar de la situación!
En ese momento, Natalia temblaba de rabia.
Rechinó los dientes con odio y dijo asegurándose de enfatizar cada palabra: —¡Me tendiste una trampa!
Lucía se la quedó mirando con expresión severa y gélida. —Has desobedecido las normas de la empresa y ahora estás armando un escándalo en mi oficina. ¿Crees que por contar con el apoyo de unos cuantos fans eres realmente una princesa?
—Tú...
—Déjame que te recuerde una cosa: ¡los fans pueden llevarte a las nubes y también hundirte en el infierno! —pronunció Lucía. Cada palabra que emergió de su boca exhibía una c