El corazón de Lucía latía con fuerza y su mente se quedó en blanco.
Esta voz fuera... debería ser de una chica joven.
¿Quién era y cómo llegó hasta aquí?
—¡Ay, es una cerradura difícil de forzar!— La chica suspiró, —Oye... ¡Agáchate un poco! Usaré una roca para romperla!
Lucía se quedó atónita e inmediatamente hizo lo que ella decía, retrocediendo hasta la esquina.
El ruido del portazo de la chica resonó en todo el sótano y sonó un poco aterrador.
Poco después se oyó un fuerte "blam" y las cadenas cayeron con estrépito.
La puerta se abrió, pero el cuerpo de Lucía se puso rígido. Las manos y los pies se quedaron inmóviles.
—¿Señorita? —Apareció una delicada figura, —¡Ve rápido!
—Tú...
—¡Vamos!— Antes de que Lucía pudiera hablar, fue sujetada por un par de manos pequeñas y delicadas.
Ya no podía pensar racionalmente sobre todo esto, excepto en seguir a la chica y escapar de esta oscura jaula.
Había muchas ratas muertas en la puerta, bates de béisbol y piedras grandes.
Parecía que la chic