“NOTICIA DE ÚLTIMA HORA: Lena Becker revela todos los detalles sobre su tormentoso matrimonio con el fallecido magnate Adolfo Dietrich”, anunciaba un hombre en la pantalla del televisor.

Eros, de pie frente al enorme monitor, empuñaba las manos, mientras su esposa, con una bata que cubría la lencería que había estado a punto de desprender de su pequeño cuerpo, se posicionaba a su lado tratando de entender qué era lo que estaba sucediendo.

“Me violó en innumerables ocasiones”, declaró la mujer que estaba siendo entrevistada. Rubia. Alta. Refinada.

Rubí la miró con atención. Esa mujer tenía que ser la madre de Eros.

“Producto de una de esas violaciones quede embarazada de ese fenómeno. Uno que, vistiendo de etiqueta, intenta engañar al mundo para no revelar su verdadera naturaleza. Una naturaleza retorcida, como la de su padre”, había mucho odio en la voz de Lena.

“¿Está diciendo que su hijo es un monstruo como el fallecido Adolfo Dietrich?”, preguntó el entrevistador, quizás