MAYO
Yo no era muy listo, y Edmond Walters no era el más fácil de leer. Pero desde que regresó de ir al baño, me di cuenta de que algo le pasaba. Lo vi cuando se unió a Tyrone Davidson para cortar la cinta conmemorativa de la inauguración de Ivy Estates. Vi la preocupación en sus ojos mientras nos tomaban fotos. Creí que debía de ser una tarea abrumadora la que Snuggle le había encomendado. Pero había algo más. Algo que hizo que ese pensamiento se marchitara y se apagara. No dejaba de moverme. Como si tuviera miedo de chocar con alguien.
Tenía que ser la mujer que lo empezó todo. Lucille. La había visto durante la sesión de fotos. Iba de la mano de Tyrone Davidson, el copropietario de la finca. No fui el único que se desvió. No me vio. Olvídenlo, sí me vio, pero no le importó lo suficiente como para dedicarme un segundo. Sin embargo, hubo momentos fugaces en los que ella y Edmond cruzaron miradas. Esos breves segundos me erizaron la piel y me revolvieron el estómago.
Quizás debía agra