Stefanos
Ella estaba en el escenario. Y el salón... en silencio.
No era el tipo de silencio vacío, sino el que precede a una tormenta. Un silencio que reverencia, que espera... que siente. Y Nuria hacía que todos sintieran.
Sus dedos se movían con una precisión absurda, como si el violín hubiera nacido con ella. La música llenaba cada rincón del salón con algo antiguo y al mismo tiempo nuevo. Era fuerza y herida. Era danza y guerra.
Mis ojos estaban fijos en ella. E incluso intentando mantener la compostura... estaba hipnotizado.
"Interesante", murmuró el Alfa Supremo a mi lado, sin quitarle los ojos de encima. "Ella es un espectáculo aparte".
No respondí de inmediato. Preferí mantener la barbilla erguida, los ojos en ella. Porque si lo miraba a él... no habría forma de esconder lo que aquello me causaba.
"Ahora entiendo mejor por qué se convirtió en una... distracción". La pausa fue calculada. "O, quién sabe... ¿una obsesión disfrazada de responsabilidad?"
"Ella no es una distracción