La pareja de rubios caminó hasta la vieja habitación de Eduardo, donde el rubio se asombró al ver que el lugar seguía limpio y todo estaba en su lugar, tal y como lo dejo ese día.
- Wow... totalmente limpio y ordenado – menciono asombrado.
- Parece ser que mamá, sigue ordenando que tengan limpia tu habitación – opino Jenny, mirando que hasta la ropa estaba limpia y había algunas nuevas de tallas diversas.
- Creo que siempre me ha esperado.
- Yo igual – reclamo Jenny.
- Perdón mi amor no pensé que me demoraría tanto – dijo tomándola de las manos y dándole un beso en los labios.
- Mejor cámbiate – opino señalando la cama del rubio.
- Oh, así que este es mi regalo – menciono tomando el traje a la medida que había – hehe imagino que usaron de modelo a Alejandro.
- Creo – dijo Jenny acercándose a ayudarlo para que se cambiara.
- Na, yo creo que mamá sabia mi talla, porque note que nuestros físicos son diferentes – indico apenado.
- Supongo que es algo que le puedo envidiar - dijo Jenny un