La bella época medieval donde los reinos se unían en enlaces matrimoniales por alianzas, poder, tierras o a veces por supervivencia. Lamentablemente esta es una época donde toda la riqueza y abundancia era eclipsada con la desigualdad de género porque en esa época un omega solo era un bello adorno que uno poseía para presumir y para tener en casa para procrear hijos. Las cosas eran normales o cotidianas, pero estas reglas podrían cambiar tras el matrimonio arreglado entre el reino Prats y Franco.
Leer másComo es lógico y común en algún momento de la vida uno se empieza a cuestionar toda su vida y a veces uno cree que esta no es nada justa para uno mismo, siempre pasa algo por lo que piensas y te preguntas ¿porque te tiene que pasar eso a ti? ¿porque no a otra persona? ese era el pensamiento de un par de príncipes en esos instantes, quienes estaban a unas horas de conocerse en persona por primera vez en su vida, pero al mismo tiempo ya aborrecían esa idea porque el otro llegaba para robarles su anhelada libertad, ya que los padres de ambos habían decidido casarlos por el bien del reino.
Por un lado teníamos a la princesa omega de nombre: Helena Franco, quien en esos momentos se encontraba en el carruaje de su familia de camino al reino vecino para que el conociera a su prometido, mientras miles de pensamientos pasaban por su mente ya que para ella era un nuevo día... otro día más que debía soportar a todos y a todo, odiaba esa vida... pese a que su padre le dio algunas libertades de pequeña: como entrenar, aprender a leer y escribir, también debía cumplir sus deberes como príncipe aunque a veces el deseaba olvidar ese detalle.
Justo en esos momentos, su vista se fijó en las ropas que llevaba puesto: un vestido algo ostentoso de telas finas con algunas joyas para hacerle juego acompañados de un peinado especial con sus respectivos adornos, ya que debía estar preciosa a la vista de su futuro esposo... aunque para ella, ese alfa representaba su nuevo carcelero, quien podría prohibirle y quitarle las pocas libertades que le habia dado su padre y solo usarlo en las noches para tener herederos... en verdad odiaba su vida y maldecía el hecho de nacer como una mujer omega... una mujer omega de la familia real que solo sirve para verse bonita y ser lucida en las fiestas.
Ante esos tristes pensamientos su mirada de nuevo se fijó en la ventana observando como el paisaje del reino cambiaba demostrando que entraban a los terrenos del Reino Prats provocando que dejara escapar un suspiro... dejaba atrás su libertad, lo sabía y odiaba... aunque aún podría a ver una ligera esperanza, si tal vez los Prats rechazaban el acuerdo a último momento creándole su oportunidad de escape, pero si era realista dudaba que esa opción fuera viable ya que según sus padres, el compromiso existía desde su nacimiento además de que con esa unión, los Prats conseguían un apoyo político y militar de su familia, así que ya debía perder toda esperanza sobre esa alternativa.
Con esos pensamientos pesimista dejo escapar nuevamente un suave suspiro y ver el paisaje mientras llegaban a su destino.
Por el otro teníamos al príncipe alfa de nombre: Antonio Prats, quien justamente en esos momentos se arreglaba a regañadientes mientras lanzaba miles de maldiciones al aire, a la vez que en silencio sentía que odiaba a sus padres ya que ahora sentía que le quitaban TODO… era verdad que como alfa, tuvo muchos goces y privilegios acompañados con su título de príncipe heredero al trono; pese a su personalidad algo torpe, era un joven justo, honesto, respetable, con grandes conocimientos en artes marciales y ciencias así como igual estrategias de guerra; un joven que llenaba de orgullo a todos sus maestros y padres… pero nada de eso valía o importaba en esos momentos, ya que sus padres le habían dicho o más bien recordado hace un mes, que dentro de poco se celebraría su matrimonio con la princesa del reino vecino, algo a lo que al principio se negó rotundamente porque él ya estaba enamorado de una hermosa omega de nombre Diana García, una joven que pertenecía a una familia noble del reino… aunque ese título no ayudo mucho al escuchar el rotundo NO de su padre cuando le pidió que lo considerara e igual le exigió que la olvidarla, porque el sí o sí desposaría a Helena Franco como su reina, recordándole que ese era su deber como príncipe heredero y futuro rey de Prats.
Para ambos jóvenes la vida no era nada justa y en esos momentos maldecían ese destino que ahora los unía porque ninguno deseaba eso, más porque todo era por compromiso y palabra de sus padres sin su consentimiento… pero igual eran conscientes de que vivián en un mundo atado a reglas algo estúpidas e injustas donde los omegas no tenían voz y voto, su única función es verse lindos y dar hijos varones fuertes que sirvan para heredar, mientras que un alfa era el hombre fuerte y protector de la familia donde a veces debía casarse por compromiso si era necesario para así poder formar alianzas con otros reinos y tener más fuerza para poder superar algún predicamento que estuviera afectando al reino o para tener aliados contra una guerra futura… aunque talvez… solo tal vez, la situación de compromiso no sea tan mala para ambos príncipes.
Y eso es algo que solo la convivencia les demostrara con el pasar de los días.
Los días, semanas y meses comenzaron a transcurrir de forma normal, como siempre, ya que el tiempo no se detiene por nada ni nadie, una lección un poco dolorosa para Helena, quien debió seguir viviendo a pesar de la ausencia de su amado Antonio.Prometió no volver a llorar por su amado, en vez de eso, busco escribir y narrar todas y cada una de las vivencias y aventuras que vivió mirando crecer a sus hijos y nietos, buscando crear nuevos y valiosos recuerdos, los cuales compartiría con su alfa cuando se reencontraran en otra vida.Aunque hubo un momento en donde la fortaleza de ella nuevamente flaqueo y fue cuando tuvo que despedirse de su padre, quien murió de vejez. Todos estuvieron pendientes de ella, incluyendo los mininos, pero tras un día de soledad, busco regresar a ser la misma de siempre para apoyar a sus nietos, ya que ellos lloraron por ella.Era verdad que ella se caracterizaba por ser alguien muy fuerte, pero hasta el más fuerte puede tener momentos donde de debilidad, tr
Helena se dejó bañar por Mercedes, quien se notaba un poco triste al ver a su reina con esa actitud, ya que parecía una muñeca descuidada que ya no pensaba ni en cuidarse a sí misma.Con cuidado, la sacó de la tina y la seco.- ¿Qué vestido le gustaría usar hoy majestad?- No se.- Le parece bien este hermoso vestido color azul con blanco – indico ella sacándolo del armario – ya ve que el rey lo mando a hacer especialmente para usted, porque así resaltan más sus ojos.- Casi todos mis vestidos, el los mando a hacer con sus respectivas joyas – opino ella triste.Mercedes solo dejo escapar un suspiro, antes de empezar a ayudar a su ama y con cuidado colocarle el vestido y sus zapatos a juego.- A ver venga, vamos a arreglarla para que lusca hermosa para ver a su nieto.La pelinegra solo hizo una mueca y se dejó sentar frente a su tocador, mientras sentía como empezaban a cepillar y secar su cabello, en silencio.- Ma… majestad – empezo a hablar Mercedes – sabe, su padre tiene razón – op
Sin que nadie pudiera notarlo, Antonio miraba esa escena sintiendo una gran tristeza embargarle, donde busco acercarse a su amada para tratar de secar sus lágrimas, pero no podía.“Perdóname mi amor, estoy haciendo que sufras mucho, pero sabes le agradezco a la vida por dejarme conocerte y así aprender lo que era la felicidad” – dijo alzándose para andar hasta donde estaban sus demás hijos y ver al pequeño bebe – “bienvenido a la familia pequeño James, cuida mucho a tus papas y abuelitos” – hablo notando que el pequeño le sonreía.Antonio sonrió ante esa tierna imagen y en eso vio que aparecía una puerta cerca de él, la cual se abría y proyectaba una luz algo cegadora, por lo cual el castaño se giro a ver a su familia.“Adiós…” – susurro antes de girarse para cruzar esa puerta, para pasar a una vida.Ignorando la partida del alma de su amado, Helena seguía sujetando con fuerza el cuerpo inerte de su Antonio.El medico corrió enseguida para revisar los signos vitales del mayor, pero su
Tras confesarle la verdad a Erik, Antonio se miraba un poco más relajado al notar que su suegro acepto guardar el secreto y le prometió cumplir su ultima petición, por lo cual regreso con ellos al reino Prats para vivir con ellos una emporada; donde nadie lo cuestiono, porque asumieron que lo hacía para alejarse un poco de los recuerdos, ya que todo en el castillo tenía la marca de Aurora.Helena estaba feliz de tener a su padre cerca e igual buscaba distraerlo y ocuparlo para que no se la pasara extrañando todo el tiempo a su madre, otras veces era acaparado por la pequeña Sara, quien le pedía jugar con ella y los mininos o le llamaba para que él le ayudara con sus tareas.Por su parte Antonio buscaba vivir al máximo sus últimos días, buscando mimos de su esposa y divirtiéndose con su hija menor y dándole consejos a su hijo; aunque se podía notar que con el pasar de los días sus energías se iban desvaneciendo poco a poco; algo que noto Helena, por lo cual buscaba cuidarlo y hasta le
De esta forma empezaron a pasar los días, donde se podía respirar una gran felicidad y armonía… o así eran las cosas, hasta ese fatídico día donde Helena se entero por una carta que su madre habia fallecido.Sin perder tiempo ella, junto con su familia se fueron inmediatamente al reino Franco, para ir a ver a Erik, donde ellos llegaron justo el día del velorio.Al ver el carruaje de su familia llegar, Jenny y Eduardo fueron a recibirlos.- Jenny… ¿qué? ¿qué paso? – pregunto angustiada la pelinegra al entrar al castillo.- Madre… - dijo Jenny abrazándola, para ambas empezar a llorar.- Hijo ¿qué paso? ¿cómo? – pregunto Antonio angustiado, al entrar detrás de su amada y ver que igual su hijo tenía lágrimas en los ojos.- La abuelita se enfermó, pero pensamos que seria una gripe normal – empezo a explicar Eduardo, quien igual buscaba contener sus lágrimas – y no sabemos porque o como, pero su enfermedad se complicó de un momento a otro y ella ya no despertó – indico rompiendo en llanto i
- Oye papá – le llamo Eduardo.- ¿Dime?- Y ahora… ¿qué pasara?- ¿A qué te refieres hijo?- Sobre lo que acaba de ocurrir y…- Hijo, yo busque liberar esas almas para que no les llegaran a afectar en el futuro y ustedes puedan tener una vida feliz, sin llegar a tener algún problema o intenten recordar algo que nunca fue parte de su vida – explico el castaño.- Hm… entiendo – dijo entrelazando su mano con Jenny, quien le sonrió.- Yo solo sé, que eso fue extraño – indico Alejandro, pero en eso miro a ver a sus hermanos – pero ahora estoy molesto ¿porque yo no sabía de esa historia?- Porque era un tema que no te involucraba – declaro Helena, mirando que su hijo mayor hacia un puchero ante esa respuesta.- Papi.- ¿Qué pasa Sara? – pregunto Antonio, cargando a su hija.- ¿Que le paso a los mini hermanitos?- Ellos ya fueron a un lugar especial, donde alguien los estaba esperando y ahí serán muy felices – menciono dándole un beso en la mejilla a su pequeña.- Eso es lo importante – opin
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