- Helena… - le pidió a su esposa, quien seguía mimando a su pequeño.
- Mami…
- Estaré cerca mi amor – dijo ella sonriéndole y besando la frente de su pequeño para salir.
- Hijo – le llamo el castaño acercándose a el – yo… yo no te elegí por...
- Lo se… - hablo Eduardo - sé que soy muy desesperante y algo inmaduro, pero quiero continuar con el reino, quiero ser mejor… - dijo asustado.
- Eduardo…
- Por favor... padre prometo ser mejor – suplico empezando a llorar de nuevo.
- Eduardo, calma – le dijo tomándolo de los hombros para que lo vea a los ojos – sabes… yo no te elegí porque tú eres alguien libre, eres príncipe como tu hermano que desea un futuro bajo las reglas del reino – explico – hijo, ya nada te amarra y puede salir al mundo a conocerlo… algo que un rey no puede hacer cuando desee – explico secando las lagrimas de su pequeño – Eduardo estoy orgulloso de ti, porque eres alguien muy especial.
- En… entonces sniff… ¿ya me vas a correr de casa? - pregunto aún más dolido.
- Creo q