Antonio ahora se sentía muy feliz y tranquilo, ya que su amada siempre sabia como clamar sus dudas.
- Sabes mi amor – le llamo tomándola de la mano - ¿hace cuanto no lo hacemos? – le pregunto coqueto.
- ... – Helena se sonrojo mirando la sonrisa de su esposo - debes esperar hasta la noche – le susurro y así tomaron asiento para comer con todos.
Al comenzar el almuerzo, todos los invitados empezaron a comentar los cambios y avances que tenían en sus reinos con referente a la escuela y las nuevas reglas sociales; donde pese a lo que en algún momento creyeron, notaron que la gran mayoría de las personas habían aceptado de forma positiva ese cambio y darle mas derechos a los omegas y el privilegio a estudiar.
- Cierto, sabes hermana – empezo a decir Darío - quería decirte que las nuevas lecciones que puse en práctica en la escuela de nuestro reino, fueron un éxito ya que muchos omegas nobles y plebeyos se inscribieron e igual las clases de redacción que sugeriste ya es una de las populare