Al siguiente día por la mañana, el canto de las aves alegraba el día, había caído una tormenta por la madrugada y todavía había nubes en el cielo que cubrían al astro sol, los lobos Ferragamo no habían podido pegar un ojo en toda la noche, encontrar a sus lunas y no tenerlas cerca era demasiado frustrante e insoportable
Karino dejó escapar un profundo suspiro antes de entrar a la mansión Almanza, su Alfa lo había amablemente obligado a ir a negociar la mercancía, el beta pidió ver a Rodolfo Almanza, el mafioso acepto recibirlo y ordenó que lo llevarán a su despacho
Karino vestía un costoso traje gris y en sus manos llevaba un portafolio, el señor Almanza lo invitó a tomar un café mientras le platicaba la historia de su familia y como había llegado a los Estados Unidos, Karino lo escuchó paciente, después de todo no había visto a nadie más ahí í que pudiera suponer un peligro para emparejarse, poco a poco se comenzó a relajar
La tarde noche anterior cuando Esmeralda despertó se pregunt