Al día siguiente, en la mansión Ferragamo, unos cuántos Alfas encontraban trabajando, el negocio no paraba nunca, y las empresas legales que era demasiadas y muy grandes, requerían la atención de los Ceos, el trabajo se dividía entre todos, ya que era demasiado y todo debía marchar como relojito, de eso se encargaba el Alfa Bruno y ahora el joven Alfa Angelo
— ¡He dicho que no Cecil, no irás a tu manada así como estás, tu embarazo ya está muy avanzado, estás a mes y medio de dar a luz, me parece ridículo que pretendas que permita que te vayas así, mi cachorro y tú correrían demasiado peligro!
— Estás exagerando, Angelo, solo será un viaje de una semana, ¿qué podría salir mal? le hará bien al bebé respirar aire fresco y limpio, ¿por qué no quieres que vaya?
— En esos momentos, otra discusión se escuchaba, el Alfa Andriu y su luna Alina, peleaban por la misma razón
— Solo será por una semana, Cecil y yo queremos visitar a nuestra manada, ¡pero parece que tú quieres tenerme prisionera en