La noche llegó con un silencio casi absoluto sobre la ciudad. Había sido un día bastante producto en la oficina de Leonor, aunque un poco agotador. Había iniciado la investigación por orden de Emily, y Leonor no paraba de dar explicaciones con detalles de cada cosa que se había hecho bajo su dirección.
—¡Estúpida! —resopló Leonor pensando en las locuras que Emily hacia solo para llamar la atención de Gabriel.
Había sido exhausta en la silla de su escritorio y allí permaneció unos segundos antes de marcharse del edificio.
Afuera, las luces de los faroles dibujaban sombras alargadas sobre las aceras mojadas, y el viento traía consigo un aroma a tierra húmeda que mezclaba la calma con una inquietud invisible.
Leonor respiró profundo una vez estando afuera del edificio, a su mente llegaban distintos pensamos, siendo Emily uno de ellos.
"¿Qué seguirá después de esto?" —se pensó, algo que definitivamente no sería algo bueno.
Y es que Emily había estado en su apartamento, med