La biblioteca del palacio se había convertido en una fortaleza de conocimiento estratégico durante los últimos tres días. Isabella había transformado una mesa de roble centenaria en un mapa improvisado del reino, con libros de historia marcando ciudades clave y pergaminos desenrollados que revelaban rutas comerciales, fortalezas militares y puntos de abastecimiento. El aroma a cuero viejo y pergamino se mezclaba con el café que Sebastián había estado consumiendo en cantidades que definitivamente no eran apropiadas para un príncipe.
"Lord Darius controla el granero del sur," murmuró Isabella, señalando una región marcada con tinta roja en uno de los mapas. "Si logra convencer a los terratenientes de que corte el suministro de trigo..."
"La capital se muere de hambre en dos semanas," completó Sebastián, pasándose una mano por el cabello despeinado. "Es b