Adrian
Siempre me ha gustado ganar.
No por el placer simple de la victoria, sino por el proceso: la estrategia, el movimiento de piezas, el silencio previo al jaque mate. Y hoy… la reina que quiero en mi tablero acaba de entrar en la sala.
Valeria D’Angelo.
Con ese vestido negro ceñido que no deja lugar a la imaginación, pero tampoco la satisface. Una contradicción hecha carne. Elegante, mortal, preciosa.
Y furiosa.
—¿Esto es una reunión o un interrogatorio? —pregunta sin molestarse en saludar, dejando su bolso sobre la mesa como si arrojara una daga.
No sonrí