Adrian
La noticia llegó con la misma sutileza con la que estalla una bomba.
—Tu madre está en camino —me informó Teresa con la voz tensa, como si acabara de ver al fantasma del patriarca regresar de entre los muertos.
—¿Qué? —mi respuesta fue automática, cargada con la incredulidad de quien sabe que los muertos no regresan, pero las Montero sí. Y cuando lo hacen, es para recordarte quién manda de verdad.
—Dijo que quiere “conocer a tu esposa”. —La palabra esposa salió de los labios de Teresa como si se tratara de una herejía.
Mamá no venía a esta casa desde que papá mur