Cinco días.
Solo cinco días separan a Amara de la boda que cambiará su vida para siempre. Desde su oficina, rodeada de papeles y arreglos pendientes, trata de convencerse de que todo está bajo control. Los planificadores de eventos se mueven como enjambres, las llamadas no cesan, y el apellido Kane resuena en cada decisión: el vestido, la lista de invitados, el jurado de empresarios que ya espera unirse a la ceremonia.
Pero la tranquilidad es una máscara frágil. Amara no deja de sentir el peso invisible de un secreto que late como una bomba de tiempo. Sophie, aunque calla, la observa con ese silencio que todo lo cuestiona. Y Amara, por primera vez, empieza a preguntarse cuánto tiempo podrá resistir antes de que la verdad estalle.
Ese mediodía, un guardia de seguridad entra en su oficina. Con gesto serio, le extiende un sobre sellado con el membrete de la cárcel federal. –Llegó para usted, señorita Amara –dice, antes de retirarse.
Ella queda paralizada unos segundos. Sus dedos tiem