Denayt.

Los días después de romper con Gael fueron un infierno. Cada que me cruzaba al caballero de hielo, lo único que quería era golpearlo con algo. Incluso prenderle fuego a ver si de esa manera lograba derretir el hielo.

Por su maldita culpa mi vida se jodió.

…

Estaba en la sala, practicando el nuevo

guión de mi vida. El momento estaba cada vez más cerca. Me aterraba. Todas las emociones negativas posibles parecían haberse reunido en mi pecho; todas, una sobre otra, sofocándome.

Ese día, el caballero de hielo cruzó la puerta sin mirarme, como siempre. No era nada nuevo, aunque había algo más… su expresión parecía más fría que de costumbre. Sin decir palabra, tomó varias botellas de licor y desapareció escaleras arriba.

No me di cuenta cuánto tiempo pasó hasta que un estruendo me hizo perder la concentración. Me quedé paralizada. Quise obligarme a seguir, pero mi maldito sentido de “humanidad” o en palabras más simples, mi maldito corazón de pollo no me lo permitió.

Cuando re